Los mercados no son demonios ni entes dirigidos en la sombra por malignos especuladores que van contra el mundo. A nadie le interesa la recesión, porque todos pierden. Los bancos despiden a sus operadores si las cosas van mal, y quien cobra bonus, lo hace en títulos de entidades que han caído drásticamente.
Todo lo contrario. El mercado no ataca, se defiende, porque intenta preservar su propio capital.
10 reglas de oro para invertir |
Esta es la tesis que defiende el gestor de la city londinense Daniel Lacalle en su obra "Nosotros los mercados", publicado por la editorial Deusto. Sostiene este experto que en los mercados existe un nivel de competitividad muy elevado, pero nadie desea la destrucción de los demás, "ni de los países ni de las empresas...ni siquiera de los competidores. Intentamos ser mejores y ganar más dinero pero como cualquier mercado, necesita que los demás sigan existiendo. Si no, desaparecería", apunta.
Lacalle hace un extenso repaso en la obra de los principios sobre los que se asienta el funcionamiento de los mercados financieros y tumba algunos mitos populares sobre la actividad de los 'hedge funds'. La obra está plagada de anécdotas y experiencias en primera persona de este gestor de fondos madrileño afincado en Londres, aunque uno de los apartados más interesantes tiene que ver con las diez reglas de oro para invertir que propone este especialista. Aún cuando "siempre habrá momentos en los que nos equivocaremos".
1.- Compre lo que entienda
No existe un valor que no se puede resumir en tres frases. Apunte sus principales características en cuanto a generación de beneficios, lo que espera el consenso y lo que usted sabe de ese valor que piensa que otros no saben. "Y sígalo a rajatabla". Y si no entiende, por ejemplo, los balances de los bancos, de dónde salen las provisiones o la exposición real a un riesgo, "no invierta".
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2.- Lo peor de todo es autoengañarse
Si compra crecimiento, no ponga en la cartera una acción por valor y la aguante después por el dividendo. Alternativamente, si apuesta por el crecimiento y resulta después que no se cumple el objetivo de la elección, no mantenga luego el valor porque es barato. Y peor aún, no la mantenga cuando caiga aún más por el dividendo. Reconocer errores es esencial. Los crecimientos espectaculares pueden ser indicativos de una burbuja. Y cuando estalla, el suelo puede estar mucho más lejos de lo que se pensaba.
3.- Fíjese en cifras, no en comentarios
Los comentarios generales y vagos del estilo "es una empresa diversificada con muchos activos en el extranjero" son obvios. Para eso están las estimaciones. Fíjese en los números, en los beneficios y en el balance y analice si corresponden al perfil de riesgo de la empresa.
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Los mercados no tienen alma ni nombre concreto, es cierto, pero sería también un error pensar que detrás de ellos y con ellos no hay organismos que presionan o actúan de alguna manera para que esos mercados cambien su comportamiento y actúen según su criterio (FMI, Banco Central, Agencias de Calificación, bancas y grupos de inversión). De manera que tampoco es cierto que el "mercado" seamos todos los inversores. Eso es lo que nos quieren hacer creer los que manejan el mundo a su antojo.
ResponderEliminarUn saludo.
Nadie controla a 100 % los mercados, al igual que nadie tiene un poder total sobre nadie. Son diferentes puntos de vista sobre el mismo tema
EliminarSaludos, Cayetano
Antes que nada cordiales saludos de un seguidor de este interesantísimo blog.
EliminarEl que "nadie controla al 100% los mercados" no implica que los mercados sean una total anarquía donde todos tienen la misma probabilidad de ganar que de perder (simetría tanto de información como de acción).
Existe un sistema de análisis llamado "Volume Spread Analysis", que parte de observaciones de los mercados con un linaje de 130 años (Livermore, Wyckoff y Williams), en donde el fundamento teórico es que los mercados sí son asimétricos, es decir, hay miembros de la sinergia denominada "Smart Money" que tienen cotización privilegiada, primicia en eventos de libro electrónico, conocimiento experto de cómo funciona el juego, supercomputadoras, subordinados genios, y mucho dinero; mientras que del otro lado está el "Dumb Money", el inversor promedio, el "gambler", "la manada", el que se deja arrastrar por rumores y su psicología mal encaminada (oscilando locamente entre la codicia y el pánico), por los medios que en su aparente pluralidad esconden la hegemonía de sus escasos dueños y controladoras, con órdenes "retail" susceptibles de toda clase de manipulación, desde "price shading" hasta complejas tácticas de operación algorítmica. Esto no sería necesario si pudieran controlar al 100% los mercados.
Sólo unos cuantos "tienen la bandera", no necesitan sentarse a conjurar (aunque algunas veces sí lo hacen, para eso sirven las reuniones de Davos y otros lugares), por que su "competencia equilibrada" (un equilibrio de Nash) les permite evitar conflictos devastadores entre ellos(¡sí leyeron el arte de la guerra!) e identificar el sentimiento de los traders "plebeyos", que aunque tengan la mayoría del capital, están a expensas del "buen consejo" del broker que también es banco, hedge fund, y tiene sus clientes V.I.P. a los que les da servicios preferenciales impagables (precios de nivel IV, bases de datos históricas muy detalladas, ejecución inmediata y directa, sin "dealer") para la inmensa mayoría de los inversionistas.
VSA es una disciplina, en sí mismo es como una carrera que uno puede tardar bastantes años en siquiera entender lo básico, ¿Puede fallar? por supuesto, pues en torno a los mercados hay sucesos que toman por sorpresa hasta a las más poderosas corporaciones, y además no todos los días "la manada" de operadores plebeyos responde igual ante la campaña de la élite, un factor de azar inevitable, pero eso no impide a esta élite, que aunque tuviera el 20% de capacidad de influenciar los mercados, gracias a sus poderosas herramientas y conocimientos(que pueden obtenerse, pero requiere una actitud férrea ante el riesgo y evitar el "hacerse rico al instante") pueden pastorear y dirigir a trasquilar al 80% restante, y con que hagan el esfuerzo sólo la tercera parte del tiempo, es suficiente para echar a andar a la manada "como piedras cayendo en el desfiladero" diría Sun Tzu. Además recomiendo ver el video del "City Boy" Geraint Anderson, quien conoció y ejecutó las más sucias tácticas siendo un insider, lo equivalente a un doble espía, para obtener información, manipularla, inducir rumores falsos, llamar a un contacto de una cadena noticiosa, manipular un poco los precios y otras tácticas más.
Eso es coherente con la temática de este blog, pues es precisamente una minoría la que crea las más sofisticadas estratagemas, para bien o para mal de las mayorías, a las cuales se les puede hacer perder sin que ello derive en su total aniquilación(pero tampoco se excluye esa posibilidad).
Cordiales saludos.