Un manual imprescindible para entender el poder desde Maquiavelo hasta el siglo XXI Si alguna vez te has preguntado cómo funciona realmente el poder, este libro es para ti. Maquiavelo y sus excelentes discípulos es la radiografía lúcida y sin filtros que necesitas para dejar atrás la ingenuidad. No es solo un recorrido histórico; es un manual estratégico que te enseña a reconocer, entender y navegar las complejidades de la manipulación, desde el Renacimiento hasta la era de los algoritmos y el populismo del siglo XXI. ¿Por qué este libro es crucial para ti? Este no es un texto académico aburrido, sino una narrativa envolvente que disecciona la estrategia detrás de los movimientos de los líderes más influyentes de la historia, desde Maquiavelo y César Borgia hasta Napoleón, Bismarck y Kissinger. Comprenderás la verdad incómoda: Te ofrece una comprensión mucho más clara del mundo en que vivimos, mostrándote que el maquiavelismo sigue vivo, oculto detrás de discursos emoc...
Es imposible reprimirlos cuando alguien más abre la boca. Los expertos creen que tienen que ver la empatía y los vínculos sociales. A pesar de su universalidad entre los vertebrados, desde los estados fetales hasta la edad más avanzada, y la curiosidad que esta acción espontánea despierta de inmediato en aquellos que lo hacen, el origen y función de los bostezos son todavía motivo de controversia y especulación entre los científicos.
Por contra, los dichos populares resuelven esta incertidumbre de una forma clara y contundente: si bostezas quiere decir que tienes hambre, sueño o aburrimiento. Pero científicamente, lo único que se ha podido demostrar de forma consensuada es su naturaleza contagiosa en humanos, algunos primates no humanos, y posiblemente perros. Así, un nuevo enigma aún más interesante se plantea: ¿Por qué se contagian los bostezos?
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| ¿Por qué se contagian los bostezos? |
Bostezar es una respuesta ubicua y se presenta de forma regular en diferentes estados fisiológicos y contextos sociales, aunque solo lo hace de manera excesiva cuando está asociada a enfermedades neurológicas. Los bostezos contagiados, tanto conspicuos como los otros, son aquellos que se inician de forma involuntaria e inmediata al ver o escuchar a alguien bostezar. Pero incluso el hecho de pensar o leer sobre ello es suficiente para hacernos sentir la necesidad imperiosa de bostezar. No hay ninguna duda, es un hecho largamente documentado: ¡nos han contagiado el bostezo!
La respuesta más lógica tras el contagio involuntario de un bostezo, probablemente que en este momento ya habréis comenzado a experimentar, sería porque tiene alguna función bastante relevante, evolutivamente o filogenéticamente preservada, que nos favorece de forma significativa hasta el punto de que otros miembros de nuestra especie la copien involuntariamente, a modo de respuesta adaptativa. Pongamos por caso, si bostezamos porque estamos aburridos, o más bien poco despiertos, el aumento instantáneo de oxígeno que la acción implica nos retorna al estado de alerta que hasta ahora nos falta, y copiarlo puede ser bueno también para los congéneres que nos rodean. Pero las evidencias experimentales parecen refutar esta hipótesis. Así, aunque los estudios conductuales y las grabaciones electroencefalográficas de la actividad cerebral antes de un bostezo demuestran de forma consistente que los bostezos suceden durante estadios de baja vigilancia o adormecimiento, no se observa ningún cambio explícito en estos mismos parámetros después de haberse producido el bostezo.
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