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Hacer dinero es sorprendentemente fácil y sencillo

Hacer dinero es sorprendentemente fácil y sencillo, solo tienes que acabar con tus deudas, ahorrar e invertir lo ahorrado. 

Lo que ya no es tan sencillo es llevarlo a cabo. Aquí verás cómo hacerlo.


Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque empleará bien este último.
Menandro de Atenas

Si quieres conocer el valor del dinero, trata de pedirlo prestado.
Benjamin Franklin

Hacer dinero es fácil y sencillo


Hacer dinero es sorprendentemente fácil y sencillo, solo tienes que acabar con tus deudas, ahorrar e invertir lo ahorrado. Lo que ya no es tan sencillo es llevarlo a cabo. Hay otras muchas formas de hacerte rico, como puede ser casarte con alguien que ya lo sea, que te toque un premio en un juego de azar, ponerte cerca de donde haya dinero para que algo vaya a tus bolsillos o dedicarte a la delincuencia. Pues bien, hasta en estas otras formas de hacerse rico, que no te aconsejo, se necesita aplicar lo que acabas de leer sobre deudas, ahorro e inversión para ser aún más rico o para no perder la fortuna.

Hacer dinero es sorprendentemente fácil y sencillo
Hacer dinero es sorprendentemente fácil y sencillo
Lo que vas a leer  no te va a enseñar a hacerte rico o millonario, pero te va a sacar de una existencia de escaseces monetarias y te va a hacer disfrutar de tu vida a través de una economía desahogada. Quizás, si aplicas con diligencia lo que vas a leer, hasta puedas llegar a vivir sin trabajar, haciendo que el dinero trabaje para ti en vez de que sea tu el que trabaje para obtenerlo. Todo lo que aquí leas está al alcance de cualquier persona. Cualquiera puede lograrlo, de hecho, millones de personas ya lo han logrado. 

El 90% de los problemas de la vida de muchas personas es debido al dinero. ¿Es tu caso? Te han inculcado que el dinero no es importante, pero debes intentar tener una economía saneada para no tener que comprobar de forma dolorosa qué falso es eso de que el dinero no te ayuda a que seas más feliz.

Existen muchas ideas y sentimientos sobre el dinero. Una de ellas es que el dinero es sucio, que es la fuente de todos los males. En realidad lo que la biblia cita es que “la avaricia por el dinero es la fuente de todos los males”. Ese matiz de suprimir la palabra “avaricia”, y creer que, en general, el dinero es la fuente de todo mal, ha creado mucha pobreza y conformismo. En realidad, la carencia de dinero es la fuente de muchos males. Debes creer en el fondo de tu corazón que el dinero no es malo, que tener dinero es bueno y que tú tienes derecho a obtener dinero de forma legal y a hacerte rico (o a dejar de ser pobre). Tienes que repetírtelo diez veces todas las noches antes de dormirte: “el dinero es bueno y me merezco tenerlo”.

La cantidad de dinero que tengas no tiene nada que ver con la idea de si eres mejor persona o no. Ser bueno con el dinero es como ser bueno jugando al baloncesto. Las personas que son buenas jugando al baloncesto, no son ni mejores ni peores que el resto. Eso sí, son mejores jugadores de baloncesto, pero es todo.

El dinero te ayudará a ser feliz si lo gastas de la forma correcta y en las cosas correctas. Por ejemplo, si lo usas para comprar una cama más cómoda, descansarás mucho mejor por la noche y te levantarás mucho mejor al día siguiente, por lo que tu estado de ánimo será más positivo, y por tanto, serás más feliz. Si alguien de tu familia cae enfermo y dispones de dinero, ese familiar tuyo podrá ser atendido por los mejores servicios sanitarios. En resumen, el uso adecuado del dinero te abrirá muchas puertas, te socorrerá en situaciones difíciles y te solucionará muchos problemas.

Hay que precisar que el cambio de ser multimillonario a ser archimillonario no te va a cambiar el nivel de felicidad; pero si cobras un sueldo ajustado y, de un día para otro, pasas a cobrar la tercera parte, verás de forma muy cruda como la falta de dinero te crea infelicidad. Cuando se alcanza un nivel alto de dinero, más dinero ya no hace más feliz a la gente; pero en el nivel más bajo, menos dinero sí puede hacer más tristes y desgraciadas a las personas. Hasta el amor nota su carencia, pues un refrán popular dice que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana.

Sin embargo, organizar tu vida en torno al dinero no es la actitud adecuada. Hay quien se obsesiona por el dinero, lo acumula y no lo disfruta. Tu objetivo debe ser tu felicidad y el dinero simplemente será una herramienta - eso sí, muy potente -  para conseguirla.

Podrás pensar que para ganar mucho dinero hay que ser muy inteligente, saber muchas matemáticas o tener muchos títulos universitarios. Ninguna de ellas es una condición necesaria. Simplemente debes tener valentía y voluntad para alcanzar tu objetivo. Por supuesto, tendrás que esforzarte y estudiar, pero lo que estudies será para aumentar conocimientos en tu beneficio, no para obtener un título o un diploma de dudosa utilidad. De hecho, pocos profesores de economía se han hecho ricos. Curioso, ¿verdad?

Respecto a los conocimientos matemáticos, es suficiente con lo que aprendiste en la escuela: las cuatro operaciones básicas y poco más. Es mucho mejor aprender a negociar que saber demasiadas matemáticas. Negociar con soltura te hará ganar más dinero. Aprender técnicas de ventas también te será de gran utilidad para cualquier faceta de tu vida, desde los negocios hasta la seducción o para criar y educar a tus hijos. 

Otras personas creen que para ser rico es necesario contar con cierto capital para empezar. No está de más, pero se puede empezar de cero. Lo importante es tener la voluntad de querer conseguirlo y tener un plan para hacerlo. 

El ejemplo de dos vidas paralelas



Los seres humanos, que son casi únicos por poseer la capacidad de aprender de la experiencia ajena, también son notorios por su repugnancia a hacerlo. 
Douglas Adams

Al igual que Plutarco escribió hace siglos “Vidas paralelas”, donde comparaba biografías de grandes personajes clásicos como Alejandro Magno y Julio César, ahora podrás comparar dos personajes actuales y su historia económica particular.

Gustavo termina su carrera universitaria con 25 años y empieza a trabajar en un lugar donde cobra 1.400 euros. Se compra un coche asequible a su sueldo y como vive en casa de sus padres puede pagar una letra mensual de 250 euros por el préstamo para el vehículo. Los fines de semana, nuestro amigo se divierte como cualquier joven. No le preocupa el dinero pues sus ingresos son muy superiores a sus gastos. No tiene preocupaciones. 

Gustavo conoce a Isabel, con la que establece una relación sentimental. Salen como novios durante un año. Ya que ambos trabajan, pueden permitirse salidas nocturnas, cenas fuera de casa, viajes en verano. Aun así, están comenzando cada uno por su cuenta a ahorrar para comprarse una casa. 
A los dos años deciden casarse. Comienzan a buscar una casa o un piso para vivir. Ella cobra 1.200 euros que sumados a los 1.400 euros de Gustavo, hace que tengan unos ingresos familiares superiores a la media de parejas: 2.600 euros. 

Deciden comprar la casa, muy bien situada y en oferta, que únicamente cuesta 200.000 euros. No se lo piensan, ya que únicamente tendrán que pagar 850 euros de hipoteca. Ahora toca amueblar la casa. Compran los muebles gracias a una oferta de meses sin intereses. Podrán pagar los 12.000 euros en un plazo de 12 meses: 1.000 euros al mes. No les preocupa demasiado ya que con el dinero de sus trabajos pueden perfectamente pagarlo y al cabo de un año, tendrán 1.000 euros para ahorrar.

Se casan. Los gastos de la boda son a medias entre ellos y sus familias. Estos gastos les suponen dilapidar la mitad de sus ahorros. Una vez casados se dan cuenta que, aunque los ingresos no están mal, solo los gastos de la hipoteca, el préstamo de ambos coches (Isabel también tiene otro comprado a plazos) y el préstamo de los muebles casi se lleva ambos sueldos. 

Este matrimonio ya no vive con sus padres, con lo que hay otros gastos con los que no contaban: luz, SIGUE LEYENDO...


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