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El mundo después del coronavirus

¿Cómo será el mundo después del coronavirus? Para Yuval Noah Harari, autor de "Sapiens" y “Homo Deus”, las decisiones que tomamos ahora darán forma a la sociedad del mañana.



En particular, en el mundo después del coronavirus tenemos la opción de elegir entre una sociedad de vigilancia totalitaria o la del empoderamiento ciudadano.



En un largo artículo publicado en el Financial Times, Yuval Noah Harari, historiador por formación y autor de los best-sellers de “Sapiens”, “Homo Deus” y “21 lecciones para el siglo XXI”, nos describe el mundo después del coronavirus. Según él, las decisiones que se toman hoy como un medio para combatir la pandemia están destinadas a "llegar a ser inevitables. Esa es la naturaleza de las emergencias".



El mundo tras el coronavirus
El mundo después del coronavirus 

Según Harari, en el mundo después del coronavirus nos enfrentamos a dos decisiones sociales importantes. El primero entre una sociedad de un monitoreo totalitario y la rendición la ciudadanía. El segundo es el aislamiento nacionalista y la solidaridad global. Si considera que la segunda opción se basa sobre todo en la voluntad de los gobiernos, nosotros, como individuos y ciudadanos, podemos actuar directamente sobre la primera elección de la sociedad.


Vigilancia totalitaria en el mundo después del coronavirus



El autor parte de dos estrategias que han logrado detener la epidemia. El modelo chino y el modelo surcoreano o singapurense. Si China ha logrado cambiar la situación, es confiando en el monitoreo de la población en todo momento, a través de aplicaciones de teléfonos inteligentes que pueden tomar e informar la temperatura de cada persona, así como en cientos de millones de cámaras de reconocimiento facial. "Las autoridades chinas pudieron identificar a cada individuo portador del virus, pero también rastrear sus movimientos e identificar a cada persona que mientras alertaban a los demás de la presencia cercana de un paciente infectado".


Sin embargo, este sistema de vigilancia de la tecnología masiva bien puede ser de interés para otros países porque ha demostrado su eficacia. Pero abre un camino muy peligroso para nuestras libertades individuales. "En los últimos años se ha luchado una gran batalla por nuestro derecho a la privacidad. La crisis del coronavirus podría ser el punto de inflexión de esta batalla", dijo Harari imaginando el mundo después del coronavirus.


Ciudadanos de "Empoderamiento"



Para evitar un cambio en la vigilancia totalitaria, el autor destaca los modelos surcoreanos y singapurenses que también han puesto fin a la epidemia. "Podemos elegir proteger nuestra salud dando a los ciudadanos más responsabilidad". En su opinión, la elección entre la salud y la privacidad es una elección falsa.


"Aunque estos países han hecho uso de las aplicaciones de rastreo, se han basado mucho más en la proliferación de pruebas de detección, en informes honestos de las autoridades y en la cooperación voluntaria de un público bien informado (...) Cuando se habla a la gente de hechos científicos y confía en las autoridades, los ciudadanos toman la decisión correcta sin la necesidad de que un Gran Hermano les vigile. Una población dispuesta y bien informada es a menudo mucho más eficaz y poderosa que una población ignorante pero vigilada".


Reconstrucción de la confianza en el mundo después del coronavirus



"Pero para lograr tal nivel de cooperación, se necesita confianza". Confianza en las autoridades, en la ciencia, en los medios de comunicación. Sin embargo, en los últimos años, en nuestras sociedades occidentales, esta confianza se ha visto socavada. "Normalmente, la confianza que se ha erosionado no puede ser reconstruida de la noche a la mañana. Porque normalmente no somos así. En un momento de crisis, las mentes también pueden cambiar rápidamente".

"No es demasiado tarde para reconstruir la confianza de la gente en la ciencia, en las autoridades públicas y en los medios de comunicación. También debemos utilizar las nuevas tecnologías, pero para empoderar a los ciudadanos. Puedo dar consentimiento de que sepan   mi temperatura y presión arterial, pero estos datos no deben utilizarse para crear un estado todopoderoso. Más bien deben permitirme tomar decisiones personales inteligentes porque las autoridades están bien informadas y también hacer que el gobierno sea responsable de sus decisiones. La vigilancia también puede ser utilizada por las personas para vigilar de cerca las acciones de los gobiernos".

Concluye: "La epidemia de coronavirus es una prueba importante para la ciudadanía. En los próximos días, cada uno de nosotros tendrá que optar por confiar en los datos científicos y los expertos médicos en lugar de en las teorías de la conspiración y en los políticos que sólo se sirven a sí mismos. Si no tomamos la decisión correcta, corremos el riesgo de renunciar a nuestras libertades más preciadas pensando que esta es la única manera de garantizar nuestra salud".

Te pueden interesar estos libros de Yuval Noah Harari:









Comentarios

  1. La sociedad post coronavirus está por conocerse. En lo particular creo que será un híbrido de lo propuesto. Si bien es cierto que una población, educada y concienciada, que confíe en su gobierno y los medios, tomará decisiones acertadas, siempre habrá el discrepante y no por ignorancia, sino por su pinto de vista, válido como el resto. También habrá el gil...tonto de turno.

    Saludos Carlos

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    1. Me gustaría que la población elevara un poco su nivel, pero la veo bastante embrutecida con futbol, telebasura y redes sociales. En fin, poco a poco.

      Saludos, Manuel

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  2. Me temo que soy pesimista con respecto a nuestro país. Históricamente no ha demostrado ser digno de confianza. A los HECHOS históricos y a su naturaleza climática me remito.
    Se dice que las masas en último término prefieren la seguridad a la libertad. Los niños se crían mejor con seguridad y la libertad
    los malea en mayor proporción hasta que alcanzan una cierta madurez. En fin, cada sociedad obtendrá las consecuencias de lo sembrado tan directamente como indirectamente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tenemos una inercia histórica considerable. Y con los años, no se vuelve uno pesimista, sino realista. Tenemos potencial, pero lo gastamos ne cosas vanas.

      Saludos, emejota

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  3. Una ciudadanía culta y responsable. Me gustaría pensar en esto, pero aquí vamos por libre. Todos tenemos remedios para cualquier cosa, todos somos catedráticos en materia sanitaria y opinamos con autoridad sobre cualquier tema. Un poco de humildad y una buena dosis de autodisciplina oriental no nos vendría mal.
    Saludos.

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    1. Ahora mismo, no sabría decir cuales son los valores de la sociedad española. Tal vez tengamos pocos y los usemos poco. Encontrar nuestros valores y potenciarlos nos vendría muy bien.

      Saludos

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