El regreso al orden mundial basado en la ley de la selva. El orden mundial liderado por EEUU está amenazado por un proceso de transformación radical
Con Donald Trump, Estados Unidos deja de considerarse responsable de mantener la paz mundial como venía haciendo desde 1945.
Como corolario, deja de ser un promotor global de la democracia, de la cooperación entre naciones y de los derechos individuales en todos los rincones del mundo.
Considerando el mundo como una especie de selva dominada por un conflicto incesante, la administración Trump ha adoptado una verdadera retirada estratégica estadounidense. Asegurar la protección de Estados Unidos rodeando el país con muros se ha convertido en el nuevo objetivo de la política exterior estadounidense.
Además, Trump no teme usar el poder estadounidense de manera brutal, tanto contra aliados como contra enemigos de Estados Unidos. El interés nacional estadounidense se redefine de manera muy restringida. Lo que importa ahora es la obtención inmediata de ventajas económicas o geopolíticas.
Para ello, Trump está preparado para tratar con cualquier país incluso si este último viola sistemáticamente los derechos humanos.
Este diagnóstico de la administración Trump puede ser severo, pero es la observación que hace Robert Kagan, en su último libro titulado “The Jungle Grows Back: America and Our Imperiled World”.
En un breve trabajo muy incisivo, este historiador conservador, investigador principal de la Brookings Institution y columnista del Washington Post lamenta el abandono de la misión histórica única que Estados Unidos se había encomendado después de la Segunda Guerra Mundial.
Con el abandono del liderazgo estadounidense, el mundo se vuelve mucho más peligroso e incierto, según él.
Además, en su estudio, Kagan se pregunta directamente quién tendrá a partir de ahora el liderazgo político y moral, aparte de Estados Unidos, para evitar que el mundo recaiga en las rivalidades y tensiones que llevaron a las dos guerras mundiales.
Al alterar la política exterior estadounidense bien establecida durante 70 años, Kagan sostiene que Trump se encuentra proponiendo a sus conciudadanos y al mundo reemplazar el liderazgo estadounidense con una irresponsable "gran fantasía estadounidense". Al basar sus políticas en la retórica populista, un enfoque aislacionista y un enfoque de identidad, Trump se encuentra proponiendo un regreso a un orden mundial basado en la ley de la selva.
Kagan critica particularmente a Trump por basar sus políticas en la ignorancia de la historia y los valores estadounidenses. El orden liberal establecido después de 1945 no fue producto de una evolución histórica mediante la cual los hombres se hubieran vuelto más pacíficos. Fue el resultado esencial de un profundo compromiso estadounidense.
Consecuentes con la Ilustración, los líderes estadounidenses de la posguerra tomaron la decisión consciente de utilizar el poderío estadounidense como un medio para promover los derechos humanos y sacar al mundo de la selva en la que la humanidad siempre ha estado estancada. Con el fin de eliminar el tribalismo, contrarrestar el autoritarismo y reducir el conflicto entre las grandes potencias, Estados Unidos ha apoyado sin descanso el establecimiento del orden mundial liberal ahora denunciado por Trump.
A este último, que afirma que Estados Unidos se ha convertido en el hazmerreír del mundo, Kagan responde que las políticas estadounidenses de posguerra no se basaron en una visión idealista e ingenua del mundo. No fue por caridad que los líderes estadounidenses de la época propusieron el establecimiento de un nuevo orden mundial liberal. Lo hicieron a partir de un frío cálculo. Este orden liberal podría traer más prosperidad tanto a Estados Unidos como al resto del mundo.
Kagan admite que la historia americana durante 70 años no ha sido perfecta. Estados Unidos se ha involucrado en guerras costosas, infructuosas e innecesarias en ocasiones, como atestiguan los conflictos en Vietnam, Afganistán e Irak. También señala que debido a esta reacción violenta Trump pudo capitalizar en 2016 para ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Para Kagan, abandonar el liderazgo estadounidense no es la solución.
El orden mundial ha prosperado durante décadas gracias a la burbuja protectora estadounidense. Cualquier retirada estratégica significa un regreso a la selva. En última instancia, este caos también engullirá a Estados Unidos.
El asesinato en un consulado en Estambul de Jamal Khashoggi, un periodista saudí que trabajaba para el Washington Post, simboliza particularmente el cambio en la política estadounidense que tuvo lugar en Washington bajo Trump. Este asesinato nunca podría haber ocurrido sin la luz verde implícita de las más altas autoridades de Washington. El mensaje ha sido entendido en todo el mundo por los líderes de regímenes autoritarios.
La retirada estratégica defendida por Trump es principalmente geopolítica. Estados Unidos deja de ser el impulsor de las grandes ideas liberales que marcan el orden internacional durante 75 años. Los resultados son tangibles: el despertar de un espíritu tribal, la disminución de las fuerzas democráticas en el mundo, el auge de los movimientos nacionalistas de derecha, la vuelta al totalitarismo de los años treinta.
Sin embargo, países como Irán, Rusia y China no quieren nada mejor que poner fin al orden mundial liberal. Estos países quieren, según Kagan, un regreso a la ley de la selva. Sin el liderazgo estadounidense, el mundo estará más sujeto al caos, la brutalidad, la tiranía y la violación de los derechos humanos. Los regímenes autoritarios podrán celebrar la llegada del “estado antiliberal”.
Estados Unidos está más que nunca en un momento de elección. Este destino aún no es inevitable. Pero para contrarrestar la ley de la selva, Estados Unidos debe, según Kagan, volver a conectarse con sus compromisos internacionales. Sigue siendo el único poder indispensable.
Artículo de Gilles Vandal, profesor emérito de la Escuela de Política Aplicada de la Universidad de Sherbrooke.
Es la nueva Edad Media, el regreso al proteccionismo, al feudalismo, al nacionalismo más recalcitrante. A partir de aquí cualquier cosa puede pasar.
ResponderEliminarUn saludo.
Y además, añadiendo fundamentalismos religiosos y de otros tipos. Un coctel muy interesante.
EliminarUn saludo.
Estamos regresando a tiempos supuestamente superados... Y fracasados... Pero justo la ignorancia de los gobiernos, nos hacen que regresemos...
ResponderEliminarsí nos irá... No digo una pandemia nos caerá...
Saludos Carlos
Los gobiernos tienen su parte de culpa, por supuesto. Pero conviene recordar que en países democráticos, estos son elegidos por sus votantes. Por lo tanto, tenemos lo que queremos... o somos muy tontos.
EliminarSaludos, Manuel