En “El millonario de la puerta de al lado” podrás estudiar las siete características de la riqueza. Esperamos que aprendas a desarrollarlas por ti mismo
Empezamos a estudiar el modo en que la gente llegaba a ser millonaria hace veinte años. En un principio lo hicimos tal como es de suponer: investigando a las personas de los llamados barrios altos de todo el país.
Al cabo de un
tiempo descubrimos algo curioso. Muchas de las personas que viven en casas
caras y conducen coches de lujo en realidad no tienen mucho dinero. Después
descubrimos algo más curioso aún: gran parte de la gente que tiene un sólido
patrimonio no vive en barrios de alto copete.
El millonario de la puerta de al lado |
Esta pequeña diferencia de perspectiva cambió nuestras vidas. Hizo que uno
de los nuestros, Tom Stanley, basándose en su carrera académica, se viera
inspirado a escribir tres libros sobre la mercadotecnia y la gente acaudalada
en EE. UU, y se convirtió en consejero de empresas que suministran productos y
prestan servicios a los ricos. Además, dirigió investigaciones sobre gente
adinerada para siete de las diez primeras empresas norteamericanas de servicios
financieros. Entre todos nosotros dirigimos cientos de seminarios acerca del
tema de la identificación de personas millonarias.
¿Por qué hay tanta gente interesada en lo que tenemos que decir al
respecto? Pues porque hemos descubierto quiénes son realmente millonarios y
quiénes no. Y lo más importante es que hemos determinado el modo en que la
gente común puede llegar a convertirse en millonaria.
¿Y qué hay de profundo en esos descubrimientos? Sólo esto: la mayoría de la
gente está totalmente equivocada sobre la riqueza en Norteamérica. Riqueza no
es lo mismo que renta. Si cada año percibes una renta cuantiosa y la gastas entera,
no te haces rico, tan sólo gozas de un buen nivel de vida. Riqueza es lo que
acumulas, no lo que gastas.
¿Cómo te conviertes en millonario? En esto también está equivocada la
mayoría de la gente. Es la rara fortuna, una herencia, una buena formación
académica o incluso la inteligencia lo que permite amasar fortunas. La riqueza
es más a menudo el resultado de llevar una vida de trabajo duro, perseverancia,
planificación y, sobre todo, autodisciplina.
¿Cómo es que yo no soy rico?
Hay mucha gente que se plantea a menudo esta pregunta. Suele ser gente que
trabaja mucho, que está bien formada, que tiene ingresos elevados. Entonces,
¿por qué no es rica?
Los millonarios y tú
Nunca ha habido en EEUU tanta riqueza en manos de particulares como en la
actualidad (más de 22 billones de dólares en 1996). Pero la mayoría de los
estadounidenses no son millonarios. Cerca de la mitad de esa riqueza está en
manos del 3,5 % de los hogares norteamericanos. Gran parte de los demás hogares
ni siquiera se acerca a ellos. Con «demás hogares» no nos estamos refiriendo a
los sectores marginales de la economía, sino a millones de hogares compuestos
por personas que ganan salarios moderados, incluso altos. Más de 25 millones de
hogares norteamericanos tienen unos ingresos anuales superiores a 50.000
dólares; más de 7 millones de hogares tienen unos ingresos anuales de más de
100.000 dólares. Pero a pesar de tener buenos ingresos, muchas de esas personas
tienen poca riqueza acumulada. Muchos viven de fin de mes a fin de mes, y ésos
son los que sacarán mayor provecho de este libro.
El hogar medio norteamericano tiene un patrimonio neto de unos 15.000
dólares, sin incluir el valor de la casa. Si dejamos de lado el valor de los
coches, los muebles y demás, y… ¿qué sucede entonces? La mayoría de los hogares
no tienen bienes financieros, como valores de renta fija o acciones. ¿Cuánto
tiempo puede sobrevivir un hogar norteamericano medio con un único salario
mensual? Quizás un mes o dos en la mayoría de los casos. Incluso aquellos que
están en el primer quintil no son realmente ricos, su patrimonio neto es de
menos de 150.00 dólares. Si descontamos el valor de la casa, el patrimonio
medio de ese grupo baja a menos de 60.000 dólares. ¿Y qué hay de la gente
mayor? Sin prestaciones de la seguridad social, casi la mitad de los
norteamericanos de más de 65 años viviría en la pobreza.
Tan sólo una minoría de la población estadounidense posee activos
financieros de las clases más convencionales. Únicamente un 15 % de los hogares
tiene un depósito bancario que les reporte beneficios; un 22 %, certificados de
depósito; un 4,2 % ha metido dinero en un fondo de inversión; un 3,4 % ha
adquirido bonos municipales o bonos privados; menos de un 2,5 % posee acciones
y ha invertido en fondos mutuos; un 8,4 % tiene propiedades en arrendamiento;
un 18,1 % tiene bonos de ahorro estadounidenses y un 23 % cuenta con un plan de
pensiones de jubilación.
Sin embargo, el 65 % de los hogares cuenta con el patrimonio de su propia
casa, y más del 85 % tiene en propiedad uno o más coches. Los automóviles
suelen depreciarse rápidamente, mientras que los bienes financieros suelen aumentar
de valor.
Los millonarios de los que hablamos en este libro son financieramente
independientes. Pueden mantener su estilo de vida habitual durante años y años
sin percibir ni siquiera un salario mensual. La mayoría de esos millonarios no
son descendientes de los Rockefeller o de los Vanderbilt. Más de un 80 % es
gente común que ha acumulado riqueza en una sola generación. Lo ha hecho poco a
poco, ininterrumpidamente, sin firmar un contrato multimillonario con el equipo
de los Yankees, sin ganar a la lotería, sin llegar a ser el Mick Jagger de
turno. Las ganancias imprevistas proporcionan grandes titulares, pero son muy
poco frecuentes. En el curso de la vida de una persona adulta, la probabilidad
de hacerse millonario por esas vías es de menos de 1 entre 4000. Contrasta esa
probabilidad con la proporción de hogares norteamericanos (3,5 %) que tiene un
patrimonio neto de 1 millón de dólares.
Los siete factores
¿Quién se hace millonario? Por lo general, un individuo acaudalado es un
hombre de negocios que ha vivido en la misma ciudad durante toda su vida
adulta. Esa persona es propietaria de una fábrica pequeña, de una cadena de
tiendas o de una empresa de servicios. Se ha casado una sola vez y sigue
estando casado. Es vecino de otras personas cuyo patrimonio no se acerca ni a
una pequeña fracción del suyo propio. Es ahorrador compulsivo e inversor y ha
hecho dinero con sus propios medios. Un 80 % de los millonarios norteamericanos
no ha heredado su fortuna; al contrario, se han hecho a sí mismos.
La gente acaudalada mantiene por lo general un estilo de vida que les
permite acumular dinero. En el curso de nuestras investigaciones, hemos
descubierto siete denominadores comunes entre las personas que han amasado una
fortuna:
- Viven bastante por debajo de sus posibilidades.
- Distribuyen su tiempo, su energía y su dinero de manera eficaz con miras a acumular riqueza.
- Consideran que la independencia económica es más importante que exhibir un estatus social alto.
- Sus padres no los ayudan económicamente.
- Sus hijos mayores son económicamente independientes.
- Son muy competentes a la hora de elegir opciones financieras.
- Eligen la profesión adecuada.
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