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Las 20 leyes de la astucia

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Estímulo supernormal y el poder de las redes sociales

El concepto de estímulo supernormal es una de esas ideas que es interesante conocer porque nos ayuda a entender algunos aspectos de nuestro comportamiento. 

Estímulo supernormal y el poder de las redes sociales
Estímulo supernormal y el poder de las redes sociales 

Los primeros estudios de los estímulos supernormales, así como el propio nombre en sí, se lo debemos al etólogo y premio Nobel de Medicina Niko Tinbergen (por cierto, perteneciente a una de las pocas familias con más de un Premio Nobel en sus filas, ya que su hermano Jan Tinbergen fue ganador del primer Premio Nobel de Economía en 1969, con Ragnar Frisch; la otra es la familia Curie, con tres premios Nobel). 

Tinbergen realizó experimentos de muchos tipos con diferentes animales, por ejemplo, con peces espinosos. El macho tiene un vientre de color rojo y defiende su territorio, donde construye un nido en el centro, y si otros machos entran en él los ataca, mientras que a las hembras las guía al nido para que pongan sus huevos. 

Tinbergen y sus alumnos construyeron peces falsos de madera pintada y fueron variando los modelos hasta descubrir que es el color rojo de la parte inferior del cuerpo lo que constituía la señal para que el pez ataque. Sin embargo, el color no era lo determinante para detectar a las hembras. Los machos escoltaban a hembras falsas de madera al nido si tenían la tripa redonda, una característica de las hembras cuando van cargadas de huevos. 

Pero lo más interesante de los descubrimientos de Tinbergen es que los peces falsos podían sobrepasar el poder de los estímulos naturales: los machos ignoraban a otros machos reales para atacar a peces falsos de madera que tenían un vientre pintado de un color rojo más brillante y llamativo que el natural; o escoltaban a una hembra falsa de madera con una tripa más abombada de lo normal en lugar de a una hembra real. 

Un estímulo supernormal es una versión exagerada de un estímulo al cual hay una tendencia a responder

También realizaron experimentos con huevos de gansos y pájaros. Por ejemplo, pintaron huevos falsos de un color azul mucho más llamativo que los huevos reales de la especie, y los pájaros dejaban de lado sus propios huevos y querían incubar los falsos. Algunos eran tan exageradamente grandes que el pájaro resbalaba por él y se caía, pero continuamente volvía a intentar subirse encima. 

Tinbergen llamó a este fenómeno «estímulo supernormal» y publicó algunos trabajos explicando el concepto de que los instintos estaban codificados para responder a ciertos estímulos, o rasgos, y que la amplificación de estos rasgos podía engañar al animal.

Estímulo supernormal
Estímulo supernormal

Por tanto, un estímulo supernormal es una versión exagerada de un estímulo al cual hay una tendencia a responder, o, dicho de otro modo, cualquier estímulo que desata una respuesta más fuerte que el estímulo para el cual evolucionó esa respuesta. Es interesante señalar que unas especies se sirven de este truco para atacar a otras. 

Por ejemplo, el cuco pone unos huevos que a los padres adoptivos les resultan más llamativos y atractivos de incubar que los suyos propios; y las bocas de las crías de cuco, cuando nacen, tienen también un color más llamativo, lo que hace que los padres adoptivos las alimenten con preferencia sobre sus propios hijos.

El caso es que, en la civilización moderna en la que vivimos, los humanos estamos expuestos a cantidad de estímulos supernormales sin que seamos conscientes de ello. Yo voy a mencionar algunos, pero dejo a la imaginación del lector buscar muchos más.

Ejemplo de estímulo supernormal

Alimentos artificiales: un bollo de chocolate relleno de chocolate y con chocolate caliente por encima es un estímulo supernormal. La Coca-Cola, la comida basura... Todos estos productos se aprovechan de una característica humana, que es la apetencia por los dulces, desarrollada tras millones de años de evolución. 

Los alimentos dulces, como las frutas, indicaban un alto valor calórico y, por tanto, hemos desarrollado una preferencia por ellas. La industria alimentaria diseña productos apoyándose en este instinto, como las bebidas dulces hipercalóricas, que gustan más a los niños y adultos que el agua.

Pornografía. El varón humano está diseñado para responder a los estímulos procedentes de una hembra humana real, pero no para excitarse ante píxeles en una pantalla, o manchas de tinta en una revista pornográfica. Sin embargo, como el macho humano está diseñado para responder ante claves visuales principalmente, es fácil engañarlo con imágenes de una película o una revista.

Los implantes mamarios de silicona son un estímulo supernormal. 

La novela romántica es un estímulo supernormal. 

April Gorry realizó un estudio en 1999 de cuarenta y cinco novelas románticas superventas en las que observó lo siguiente:

 • El punto de vista es el de la heroína, y el argumento, tratar de conseguir al hombre adecuado.

• El héroe era siempre más viejo que la heroína (de media siete años, en la vida real los hombres suelen ser tres años mayores de media que sus parejas).

• Los héroes son altos (1,80 m o más). 

• Adjetivos para describir al héroe: musculado, fuerte, grande, bronceado, guapo, masculino, activo, lleno de energía... 

• Rasgos de personalidad del héroe: audaz, tranquilo, seguro de sí mismo, inteligente... 

• Respuesta del héroe: declararle su amor, quererla más que a ninguna otra mujer de su vida, desearla sexualmente, considerarla única y desear protegerla. 

Si contrastamos todas estas observaciones con lo que dicen los estudios de la psicología amorosa femenina —por ejemplo, los trabajos de David Buss—, vemos que coinciden punto por punto con todo lo que buscan las mujeres en un hombre. Nos encontramos de nuevo ante la explotación de un instinto, de una tecla, en este caso de la naturaleza femenina. 

Los programas de cotilleo son un estímulo supernormal. 

El ser humano es un animal social, y para su supervivencia el mundo social es mucho más importante que el físico. Saber quién es aliado de quién, quién se acuesta con quién, quién odia a quién y de quién te puedes fiar y de quién no es fundamental. Aquellos que tenían una buena información social la podían utilizar en su propio beneficio (para buscar aliados, parejas, para vencer a enemigos) y el que navegaba mejor el mundo social dejaría más copias de sus genes. 

Como las relaciones sociales son complejas y variadas, es imposible estar presente cuando ocurren y absorber la información directamente. Por eso la gente se muestra ansiosa por obtener esa información social indirectamente. El cotilleo es universal y podemos considerar esa avidez por la información social un instinto. 

Lo que están haciendo las televisiones con programas como los que tenemos por la tarde en todas las cadenas, o con Gran Hermano, es lo mismo que les hacía Tinbergen a los peces espinosos al ponerles llamativos peces de madera de colores para que entraran al trapo: tenemos una avidez por conocer la vida de la gente, y entonces las cadenas de televisión nos ponen a unas personas que viven en un entorno cerrado, y encima una cámara en medio de la vida de esa gente... ¡irresistible!, un éxito absoluto.

Estímulo supernormal y el poder de las redes sociales
Estímulo supernormal y el poder de las redes sociales 

Las redes sociales

Y llegamos a las redes sociales, un estímulo supernormal para nuestra mente moral y nuestra apetencia e interés por el estatus. Las redes sociales pueden resultar adictivas, y esto no es ninguna casualidad. En una entrevista de 2017, Sean Parker, el primer presidente de Facebook, cuenta lo siguiente: 

El proceso mental para construir estas aplicaciones, de la que Facebook fue la primera [...] consistía en: «¿Cómo consumes la mayor cantidad posible de tu tiempo y tu atención consciente?». [...] Y eso significa que necesitamos darte como un pequeño chute de dopamina de vez en cuando, porque a alguien le gustó o comentó una foto, o un mensaje o lo que sea. 

Y eso va a conseguir que aportes más contenido, y eso va a conseguir que tengas [...] más «me gusta» y más comentarios. [...] [E]s un bucle de retroalimentación de validación social [...], exactamente el tipo de cosa que inventaría un hacker como yo, porque estás explotando una vulnerabilidad de la psicología humana. 

Parker o Zuckerberg no sabían probablemente nada de biología ni de psicología evolucionista, pero, intuitivamente, estaban haciendo con las personas lo mismo que Tinbergen y sus alumnos hacían con los peces y los pájaros. Y Parker es consciente de que está aprovechándose de una vulnerabilidad de la psicología humana como se aprovecha de la vulnerabilidad de los sistemas informáticos que conocen tan bien. No es ninguna casualidad que los programas más vistos en televisión sean los de cotilleo y los de deportes, porque tocan teclas de la naturaleza humana que los programas de ajedrez o los documentales no tocan. 

Nada puede tener el éxito que tiene la pornografía, el cotilleo, los móviles, la novela romántica o el fútbol, que mueven todos ellos miles de millones de euros, si no se dirige a un instinto previo del ser humano. Y las redes sociales explotan nuestra psicología moral y nuestro interés por el estatus como los dónuts o las bebidas azucaradas explotan nuestro apetito por los dulces. 

Nunca antes había sido posible medir y cuantificar el estatus de una manera tan precisa con el número de seguidores, el número de «me gusta» o el número de retuits. Nunca antes se había podido monitorizar en tiempo real la evolución de tu lugar en el grupo y nunca antes el grupo había sido el mundo en lugar de tus amigos del barrio o la gente de tu pueblo. Es difícil subestimar el papel de las redes sociales en los fenómenos morales.

Fuente: https://bit.ly/3GiGvfq

Comentarios

  1. Muy interesante. Estamos rodeados de estímulos supranormales, que nos entretienen, nos clasifican y nos controlan.
    Un saludo, Carlos.

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    Respuestas
    1. Y esto va a más. Dudo que en el futuro cercano quede algún atisbo de libertad en el mundo tecnificado.

      Un saludo, Cayetano.

      Eliminar
  2. Las redes sociales, no tienen hipnotizados, justamente cpor estos estímulos.
    Saludos Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A cargo de las redes sociales están neurólogos, psiquiatras y otras eminencias que podrían ser premios Nobel. De ahí su poder.

      Saludos, Manuel.

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