Si sueles hacer compras impulsivas, de las que te arrepientes rápidamente, hasta el punto de tener a veces dificultades financieras, es posible que padezcas oniomanía, el trastorno de compra compulsiva.
Aquí verás en qué consiste y los métodos para acabar con esta adicción.
¿Tu cuenta bancaria se ve muy mustia después de tu última salida de compras? Las tentaciones te esperan en una curva de la calle, en el menú del restaurante o incluso frente a tu computadora, y sabemos que es difícil resistirse... Entonces, ya sea para ti o para un ser querido demasiado derrochador, la pregunta sobre las compras compulsivas merece ser realizada.
¿Qué es la oniomanía?
La oniomanía -el trastorno de compras compulsivas- afecta a entre el 3,4% y el 6,9% de la población en Europa. Este porcentaje es mayor entre los estudiantes, que en general son más aficionados a las compras online porque los productos están disponibles de forma más rápida y sencilla.
La compra en sí es más importante que el artículo en sí. El comprador siente, primero, un efecto de fuerte excitación por la compra y luego, una vez realizada, se siente abrumado por la culpa y la vergüenza.
¿El origen de este trastorno? Es difícil decirlo ya que las causas pueden ser variadas, pero muy a menudo este comportamiento adictivo puede estar relacionado con un trauma infantil o preadolescente.
En algunas personas, este trastorno se acompaña de trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios o poliadicciones. Suele estar relacionado con una psicopatología mental que puede llegar hasta la depresión. Este fenómeno de dependencia se ve acentuado por la sociedad de sobreconsumo que exige siempre más productividad y rentabilidad.
Todas nuestras decisiones de compra se rigen en gran medida por nuestras emociones, es una enfermedad aún poco conocida, que cobra un nuevo sentido con Internet. Merece una atención más seria porque podría tener efectos graves en la salud mental en los próximos años.
Comprar para calmar ansiedades incontrolables
Para el comprador compulsivo, la compra se presenta como la conclusión de una forma de lucha contra las tensiones psicológicas y las angustias incontrolables. Se desencadena por la aparición de una emoción negativa como la intolerancia o la frustración y busca transformarla en una emoción positiva inmediata como el consuelo o el apaciguamiento. La compra compulsiva suele asociarse a la dificultad para gestionar emociones como la ira, la culpa, la ansiedad, la frustración, el desánimo, la falta de placer o una carencia no identificada.
Al igual que con muchas adicciones, las razones de tal comportamiento pueden tener su origen en el pasado de la persona, en particular en respuesta a un trauma. Debemos cuestionarnos qué se esconde detrás de la propia compra y reconocer los vacíos psicológicos que estas compras compulsivas pretenden llenar. El origen de esta adicción se puede encontrar en diferentes etapas de desarrollo desde la niñez hasta la preadolescencia. Esto puede estar relacionado con un evento traumático o una relación disfuncional con los padres o el tipo de apego con la madre que puede causar una falta de autoestima en el niño que continúa en la edad adulta
Tres perfiles de compradores compulsivos
En su libro Money Mindfulness (ed. Grijalbo), Cristina Benito, economista, describe tres tipos de perfiles que pueden corresponder al de compradores compulsivos.
En primer lugar, la autora evoca el perfil del “incendiario”. Es la persona que necesita gastar su dinero lo más rápido posible. Como si tuviera miedo de verlo desaparecer antes de que pudiera usarlo. El dinero literalmente le quema en las manos. Cristina Benito explica que estos gastos suelen esconder una insatisfacción vital, por ejemplo, una persona que odia su trabajo, su vida o ambos.
También está el perfil del "generoso compulsivo", que da a los demás lo que le sobra pero a veces también lo que simplemente no tiene, en términos de dinero pero también de tiempo. Estas personas pueden tratar de “comprar amor” para compensar la falta de atención de su padre o su madre. Esta puede ser una forma de hacerte indispensable para asegurarte el cariño de quienes te rodean.
Luego están los que la autora llama el perfil de “la carrera de ratas”. En su rueda, nunca dejan de correr. Representa a aquellos que trabajan más duro para ganar más pero gastan más y siempre terminan al límite sin importar cuánto ganen. Están encerrados en una lógica de “cuanto más ganas, más gastas”, escribe Cristina Benito.
Las compras online acentúan el trastorno compulsivo
La posibilidad de comprar en línea es una verdadera trampa para las personas con oniomanía: la publicidad es omnipresente en Internet, va acompañada de una estimulación visual y auditiva a menudo muy fuerte (ventanas emergentes intermitentes, jingles que suenan en bucle... ) y la tentación de comprar inmediatamente, sin hacer demasiado esfuerzo, conduce al consumo. La autora de Money Mindfulness sugiere, como primer paso, darse de baja de los boletines comerciales para dejar de estar constantemente tentado.
El aumento del número de tiendas online, las aplicaciones de compra en el móvil y las entregas a domicilio, han multiplicado las oportunidades de realizar compras inmediatas, a veces inútiles pero a menudo demasiado caras. La virtualidad de la tarjeta de crédito nos hace olvidar en un clic, sin salir de casa y sin interactuar con otras personas, que acabamos de gastar más de lo que tenemos en nuestra cuenta bancaria.
¡Aquí tienes algunos consejos para limitar tus compras compulsivas!
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