Las 7 estrategias de Rommel

Erwin Rommel fue uno de los generales más famosos y respetados de la Segunda Guerra Mundial.

Fue conocido como el Zorro del Desierto por su habilidad para sorprender y derrotar a sus enemigos en el norte de África.

Las 7 estrategias de Rommel 

Ver Rommel: El zorro del desierto

Estas son algunas de las claves de su éxito militar:

1. Audacia y rapidez: Rommel aprovechaba cualquier oportunidad para atacar con fuerza y velocidad, sin dar tiempo a sus adversarios a reaccionar o reforzar sus posiciones. Su lema era "atacar, atacar y atacar otra vez".

2. Movilidad y flexibilidad: Rommel utilizaba unidades motorizadas y blindadas que podían desplazarse con facilidad por el terreno desértico y adaptarse a las condiciones cambiantes del combate. Su estilo era el de la guerra relámpago o blitzkrieg, que buscaba romper las líneas enemigas y causar el caos.

3. Iniciativa y liderazgo: Rommel no se limitaba a seguir órdenes superiores, sino que tomaba sus propias decisiones en función de la situación. A menudo estaba al frente de sus tropas, compartiendo los riesgos y ganándose su confianza y lealtad.

4. Ingenio y creatividad: Rommel era capaz de encontrar soluciones originales a los problemas que se le presentaban, como la escasez de suministros, el clima adverso o la superioridad numérica del enemigo. También usaba tácticas de engaño y camuflaje para confundir y desmoralizar a sus oponentes.

5. Conocimiento y estudio: Rommel se preparaba cuidadosamente para cada batalla, estudiando el terreno, el clima, las fortalezas y debilidades del enemigo, así como la historia y la cultura de los países donde combatía. También aprendía de sus propios errores y los corregía.

6. Respeto y honor: Rommel trataba con respeto a sus soldados, a sus aliados y a sus enemigos, sin recurrir a la crueldad o la violencia innecesaria. Se ganó la admiración de sus adversarios por su valentía, su caballerosidad y su profesionalidad.

7. Lealtad y patriotismo: Rommel sirvió fielmente a su país y a su ejército, aunque no compartía la ideología nazi ni las atrocidades que cometía el régimen de Hitler. Al final de su vida, se vio implicado en un complot para derrocar al Führer, lo que le costó el suicidio forzado.