8:30 a.m., después de 12 horas de trabajo nocturno. El médico se encuentra un poco cansado y mareado.
Entra un anciano con su hijo. "Hola, señor. Este es mi padre".
El médico: "Hola. ¿Qué le trae por aquí hoy?"
Hijo: "Hace 5 días que no puede defecar".
El médico: "Entiendo. ¿Tiene otros problemas de salud o dietéticos?"
Hijo: "No, doctor. Nada. Por lo demás, está perfectamente bien".
El padre permanece en silencio todo el tiempo, sentado ligeramente inclinado y sin mantener contacto visual. Parece sentirse terriblemente enfermo.
Otro médico de urgencias: "No es un caso de urgencias, es claramente un caso ambulatorio. No es una emergencia. Por favor, regresen mañana a consultas".
El médico: "No se preocupe, señor. Me encargaré de atenderlo antes de irme a casa. Será el último caso del día". Entonces, dirigiéndose al padre: "Señor, ¿quiere hablarme de los síntomas?"
No hay respuesta.
El médico, mientras examina el pulso y el abdomen, dice: "Vamos a realizar una radiografía de abdomen y tórax. Puede haber una causa orgánica". (El paciente ya había tomado un purgante sin resultado). No encuentra nada relevante, excepto lo que probablemente son heces, ya que el abdomen está pastoso. No hay dolor, sensibilidad, bultos ni nada sospechoso.
Hijo: "Está bien, doctor". El padre sigue sospechosamente callado.
15 minutos después, la radiografía muestra un poco de aire bajo el diafragma (señal de perforación) y algo más también (foto representativa tomada de Google Images).
El médico, confundido por el hallazgo e incapaz de entender la situación, lleva el caso a un superior y le explica la situación. El superior interroga al paciente sobre lo sucedido.
Resulta que, en "el calor del momento", mientras realizaba prácticas sexuales en solitario, el señor se había introducido accidentalmente un objeto y no sabía cómo extraerlo. No padecía ninguna enfermedad mental. Simplemente no había podido retirarlo.
"Se había introducido una botella llena de Pepsi por el recto".
Posteriormente, se sometió a una laparotomía que reveló una perforación rectal. Tuvo que vivir con una ostomía durante un tiempo.
Un mundo realmente extraño. En los 6 meses desde que el médico había empezado en la clínica, comenzó a comprender lo imprevisible que podía ser la medicina de urgencias.
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