La imagen capturada por Horace Cort en 1964 representa uno de los momentos más vergonzosos de la historia racial estadounidense.
James Brock, propietario del Monson Motor Lodge en St. Augustine, Florida, vertió ácido muriático sobre una piscina donde manifestantes afroamericanos y blancos nadaban juntos, desafiando las leyes segregacionistas de la época.
El contexto de este acto de odio era la lucha por los derechos civiles. Una semana antes, Martin Luther King Jr. había sido arrestado por intentar comer en un restaurante reservado exclusivamente para blancos. Como respuesta a la opresión sistemática, activistas organizaron una protesta pacífica nadando en una piscina considerada "solo para blancos".
Brock, en un acto de crueldad e intimidación, arrojó el ácido gritando que "limpiaba la piscina", una frase cargada de un racismo tan explícito como repugnante. Su gesto representaba el intento desesperado de mantener un sistema de segregación que ya comenzaba a desmoronarse gracias al coraje de los activistas.
La fotografía se convirtió en un símbolo poderoso de la lucha por la igualdad, exponiendo al mundo la brutalidad del racismo institucional y el desprecio de algunos hacia la dignidad humana. Un momento que captura la fealdad del prejuicio y la valentía de quienes lo desafiaron.
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No eran racistas.
ResponderEliminarEran ególatras con la mente cerrada.Malas personas, que casi llegan a destruir una gran sociedad.