El campo de la cirugía tiene una historia fascinante, llena de anécdotas que ilustran los desafíos y riesgos de épocas pasadas.
Uno de los personajes más icónicos de este ámbito fue el Dr. Robert Liston, conocido por su habilidad para realizar amputaciones en tiempo récord.
Durante el siglo XIX, cuando la anestesia aún no existía y la asepsia era rudimentaria, la velocidad en las operaciones era crucial para minimizar el dolor y la mortalidad. Liston podía completar una amputación en 30 segundos, una hazaña impresionante, aunque las tasas de mortalidad seguían siendo alarmantes, con una proporción de hasta 12 muertes por cada 100 pacientes.
Sin embargo, su rapidez no estuvo exenta de incidentes curiosos y trágicos. Una de las historias más extrañas en la historia de la cirugía es la operación en la que Liston logró una mortalidad del 300%. Durante una amputación apresurada, cortó accidentalmente los dedos de su asistente, además de lesionar la ropa de un espectador, quien, al creer que había sido herido, murió de un ataque al corazón. Posteriormente, tanto el paciente como el asistente fallecieron debido a infecciones, algo común en una época sin conocimiento de los gérmenes ni medidas de antisepsia.
En el ámbito quirúrgico, también se han otorgado premios curiosos que destacan aspectos inusuales de la profesión. Los Premios Ig Nobel, que celebran investigaciones extravagantes, han reconocido estudios relacionados con técnicas quirúrgicas atípicas, como el análisis de las propiedades del moco de babosa en procedimientos médicos. Además, aunque no formalizados, los logros en rapidez quirúrgica, como los de Liston, fueron ampliamente celebrados en su época, considerándose una habilidad indispensable.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario