Era un hijo que no le gustaba vivir en casa de su padre, por la constante "irritación" de su parte. "Sí no vas a usarlo apaga el ventilador" "La TV está encendida en la sala donde no hay nadie.. ¡Apágala!" "Cierra la puerta" "No gastes tanto el agua" Al hijo no le gustaba que su padre lo molestara por esas pequeñas cosas. Él tuvo que tolerarlas hasta cierto día en que recibió una invitación para una entrevista de trabajo. Ver Guía para tratar con jefes exigentes ′′Tan pronto como consiga el trabajo, voy a dejar esta ciudad. No escucharé ni una queja más de mi padre." Fue lo que pensó. Cuando salía a la entrevista, el papá le aconsejó: "Responde a las preguntas que se te hagan sin dudar. Incluso si no sabes la respuesta, menciónalo con confianza." Él le dio más dinero del que realmente necesitaba para asistir a la entrevista. El hijo llegó al lugar de la entrevista y se dio cuenta de que no había guardias de seguridad en