El espía es una de las imágenes más populares de nuestro tiempo. No es coincidencia que las películas de James Bond se encuentran entre más exitosas de la industria del cine.
El secreto es simple: la gente se asocia con la persona que les agrada, además, es especialmente agradable si es un espía invencible. Pero, ¿cómo podemos estar a la altura de un profesional de inteligencia hábil y astuto no solo en sueños, sino también en la realidad?
Habilidades de espías útiles en la vida cotidiana |
Aquí verás una recopilación de varias habilidades de espías que te serán útiles en la vida cotidiana.
1. Conoce en persona al enemigo
Una de las habilidades más importantes del espía es la capacidad de utilizar las debilidades del enemigo en su contra. Dominar esta habilidad es muy útil en la vida cotidiana. Si tienes un enemigo entre quienes te rodean, busca sus puntos débiles. Las redes sociales y sus datos biográficos te servirán de ayuda.
El conocimiento de sus datos personales (parientes, pasatiempos, estilo de vida, cualidades personales) te ayudará a comprender quién es y a desarrollar tácticas efectivas de comunicación con el enemigo, y tal vez incluso encuentres un enfoque para mejorar tus relaciones.
2. Oculta tu identidad
Al mismo tiempo, trata de limitar la cantidad de información disponible sobre ti, ya que daría una ventaja a tus adversarios. En primer lugar, empieza por las redes sociales, donde es recomendable publicar el mínimo de datos personales. Además, no deberías descubrir su personalidad ante compañeros y colegas, ya que puedes provocar chismes y rumores.
Recuerda que hasta los hechos más inocentes pueden interpretarse en tu contra. Esto es especialmente cierto en el caso de la información sobre la vida personal que hay que hacer pública de forma selectiva y con gran cuidado. Por ejemplo, la frase inocente “tengo una cita mañana” dará lugar a la conclusión “para qué necesita un ascenso si pronto estará de permiso de maternidad”.
3. Intenta ser amigo de todos
Muchas personas asocian favores mutuos con el servilismo y el cálculo frío. Sin embargo, es una herramienta efectiva y confiable que ha pasado la prueba del tiempo. Según un veterano de servicio de inteligencia, el ex agente del MI6 Harry Ferguson, un regalo oportuno debilita la desconfianza y es el primer paso para establecer contacto.
Aplicando esta idea a tu vida cotidiana, podemos concluir: un piropo sincero, una sonrisa alentadora o un bonito detalle para el Año Nuevo, te ayudarán a conseguir que la mayoría de las personas de tu entorno te consideren una excelente persona.
4. Practica tus habilidades de comunicación
Por supuesto, es muy bueno si la relación mejora. Un verdadero espía, tal y como cita el fundador y presidente de la CIA, Allen Dulles, debe saber mantener comunicación con diferentes personas y en diferentes condiciones, incluyendo incluso a individuos desagradables en la situación de un conflicto abierto. Para esto debes aprender a:
- controlar la calidad de tu discurso, evitando frases hechas
- distinguir los hechos de la especulación
- escuchar atentamente a tu interlocutor
- escucha más de lo que hables.
Tienes que admitir que todas estas habilidades de espía te pueden ser útiles en prácticamente cualquier situación. Lo más importante es que no son innatas, sino adquiridas y perfeccionadas en el proceso de comunicación con diferentes personas. No evites a los interlocutores sean quienes sean: guapos, desagradables, interesantes, aburridos. Así aprenderás poco a poco a conectar con todo el mundo.
5. Aprende los conceptos básicos de la psicología
Es útil comprender el lenguaje corporal del interlocutor, a conocer las verdaderas causas que motivan a las personas y a detectar sus complejos ocultos. Y también a evaluar adecuadamente tus propias reacciones a las palabras y acciones de los demás.
Aprender los principios básicos de la psicología aplicada es muy simple: hay muchos libros y publicaciones apropiadas relacionadas con este tema. Lo principal es practicar mucho, observando tu entorno e intentando llevar el hábito de “leer” a la gente de forma automática. Así entenderás fácilmente cuando el interlocutor:
- miente si se rasca la nariz
- está nervioso si juega con un lápiz u otro objeto en sus manos
- intenta ocultar algo si esconde las manos en los bolsillos o detrás de la espalda
- se siente incómodo en el momento de conversación si cruza los brazos sobre el pecho
- te está tendiendo una trampa si entrecierra los ojos
- está satisfecho con la conversación si se frota las manos
6. Aprende a pasar desapercibido entre la multitud
Cualquier sociedad promueve un modelo uniforme de pensamiento y desconfía de la gente “extraña”. Por eso la habilidad casi principal de un espía es saber camuflarse con la multitud. A menudo, dentro de muchas empresas importantes, las reglas de vestimenta corporativas demuestran la importancia de esta idea.
En cualquier caso, no vale la pena ir contra las masas: si la empresa está preparando una fiesta de disfraces corporativa, es mejor apoyar la idea; si los empleados de tu departamento están reuniendo fondos para comprar algo, es mejor participar. Lo principal es no exagerar y evitar copiar la forma de vestirse o reírse de alguien de tu entorno.
7. Desarrolla las habilidades de observación
Un espía auténtico se fija en los hechos y detalles que se escapan de la gente común, y en el momento apropiado los recupera de su memoria con facilidad. En tu vida será una habilidad útil para encontrar rápidamente un argumento en la disputa, o para hacer frente a un oponente hostil, desviando la atención hacia su propio fracaso que acabas de recordarle.
También es posible desarrollar esta capacidad por medio del entrenamiento: donde quiera que estés, trata de recordar puntos de referencia en tu camino, fragmentos de texto después de una sola lectura, transeúntes casuales, número y ubicación de los objetos a tu alrededor, etc.
8. No bajes la guardia
El agente de la CIA, Jason Hanson, interpreta la palabra “guardia” como la percepción agudizada del entorno, lo que le permite detectar comportamientos sospechosos y potencialmente peligrosos: en la calle, en un taxi, en el aeropuerto, durante el almuerzo o en cualquier otra situación.
Por supuesto, no te alentamos a que compruebes constantemente si estás siendo vigilado, o que uses una gorra de aluminio para protegerte de la radiación. Sin embargo, una vigilancia moderada no te perjudicará, ya que te permitirá notar a tiempo el enfriamiento que han sufrido tus relaciones con los demás, descubrir la causa de dichos cambios (un error admitido, rumores, intrigas de la competencia) y tomar las medidas necesarias.
9. Trabaja en ti mismo
Uno no se hace espía “por casualidad”. Por lo general, dedican conscientemente toda su vida para lograr esto: estudian mucho, amplían sus círculos de intereses y desarrollan sus conocimientos, practican deportes y dominan idiomas extranjeros a la perfección. Para tener algo en común con tales personas deberías:
- aprender idiomas extranjeros;
- leer sobre estos temas, apuntando las citas e ideas que te gustaron;
- estudiar las biografías de las personas que son tus modelos a seguir;
- ver documentales sobre la naturaleza, fenómenos físicos, eventos históricos, etc.;
- mantener relaciones con personas interesantes y eruditas, tratando de alcanzar su nivel.
Pero, tal vez, las cualidades principales de un agente secreto, que definitivamente te serán útiles, son la persistencia en el logro de la meta, la laboriosidad y el hábito de desarrollarte constantemente.
Y tú, ¿usas algunas habilidades de espionaje en tu vida?
Sabios consejos que nunca están de más.
ResponderEliminarUn saludo, Carlos.
Las mujeres nos sacan ventaja en este arte, sobre todo si se trata de la vieja del visillo...
EliminarUn saludo, Cayetano