Estaban tan a la vista que nadie reparó en ellos. Me refiero a los herederos del Imperio Romano. ¿O debería decir al propio Imperio? Usted conoce al presente Emperador, lo ha visto muchas veces en TV y su poder es muy, muy grande. Le llaman “Pontifex Maximus”, como a Julio César y sus sucesores. Siguen hablando en latín, visten como los antiguos romanos del Siglo V y están organizados de la misma manera. Lástima que ya no tengan Legiones, ¿o me estoy equivocando?
Me estoy refiriendo al Sumo Pontífice Benedicto XVI y a la Iglesia Católica Apostólica ROMANA.
El emperador romano Constantino tuvo un sueño. Antes de la batalla escuchó “in hoc signo vincit” (con este signo vencerás) y vio la Cruz. En realidad lo que vio fue un futuro genial para un Imperio que se desmoronaba. No quedaban ya ninguna de las virtudes que elevó a Roma a ser un Imperio milenario, sólo los ritos caducos y la estructura: una cáscara hueca. Tenía que aglutinar a su imperio como fuera, y ¿qué mejor que la nueva religión cristiana? Naturalmente, controlada por él. Con lo que no contaba es que esta nueva religión iba a ir ocupando las estructuras de poder que el moribundo imperio abandonaba. Su Pontífice, con sede en Roma como los césares, iba a tomar el relevo de la influencia imperial. Durante siglos, el papado fue el Rey de reyes, quien validaba los reinados de los monarcas. El mismo Napoleón, procedente de la Revolución, se hizo coronar por el Papa. La estructura jerárquica del clero, el calendario, las vestimentas, los ritos, todo es romano hasta la médula.
Si por un momento olvidamos todo lo referente a la fe cristiana, todo cuadra. Hasta los territorios donde triunfó la “herejía” de Lutero son los mismos de los “bárbaros”, al norte del río Rhin y la escasamente romanizada Britannia.
Constantino fundó otra capital para el Imperio, Constantinopla. Esta ciudad fue la última del Imperio romano tras su asalto por Mehmed II en 1453, poco antes de la toma de Granada por Isabel y Fernando en 1492. La historia del imperio romano de oriente y su metamorfosis en religión ortodoxa es muy similar al caso romano, sólo que el Basileus vive en Moscú y le llaman Patriarca de Todas las Rusias.
Ave, caesar Benedictus XVI, Internet te saluta.
Me estoy refiriendo al Sumo Pontífice Benedicto XVI y a la Iglesia Católica Apostólica ROMANA.
El emperador romano Constantino tuvo un sueño. Antes de la batalla escuchó “in hoc signo vincit” (con este signo vencerás) y vio la Cruz. En realidad lo que vio fue un futuro genial para un Imperio que se desmoronaba. No quedaban ya ninguna de las virtudes que elevó a Roma a ser un Imperio milenario, sólo los ritos caducos y la estructura: una cáscara hueca. Tenía que aglutinar a su imperio como fuera, y ¿qué mejor que la nueva religión cristiana? Naturalmente, controlada por él. Con lo que no contaba es que esta nueva religión iba a ir ocupando las estructuras de poder que el moribundo imperio abandonaba. Su Pontífice, con sede en Roma como los césares, iba a tomar el relevo de la influencia imperial. Durante siglos, el papado fue el Rey de reyes, quien validaba los reinados de los monarcas. El mismo Napoleón, procedente de la Revolución, se hizo coronar por el Papa. La estructura jerárquica del clero, el calendario, las vestimentas, los ritos, todo es romano hasta la médula.
Si por un momento olvidamos todo lo referente a la fe cristiana, todo cuadra. Hasta los territorios donde triunfó la “herejía” de Lutero son los mismos de los “bárbaros”, al norte del río Rhin y la escasamente romanizada Britannia.
Constantino fundó otra capital para el Imperio, Constantinopla. Esta ciudad fue la última del Imperio romano tras su asalto por Mehmed II en 1453, poco antes de la toma de Granada por Isabel y Fernando en 1492. La historia del imperio romano de oriente y su metamorfosis en religión ortodoxa es muy similar al caso romano, sólo que el Basileus vive en Moscú y le llaman Patriarca de Todas las Rusias.
Ave, caesar Benedictus XVI, Internet te saluta.
Muy buen texto.
ResponderEliminarUn saludo!
Interesante perspectiva sobre el Vaticano y es que es muy cierto como se desarrolla este imperio católico, y tiene hasta emperador.
ResponderEliminarBien se decía que las religiones eran el opio de las naciones, y es que viven drogadas con la religión y se comportan muchas veces como dominadas por un centro de poder que les rige desde el César.
Sería muy bueno leer esa obra ya que toca puntos muy interesantes desde el punto de vista sociológico y político.
Saludos
Hola, antes de nada, gracias por los enlaces que me has enviado, son interesantes.
ResponderEliminarTu comentario es muy bueno, me gusta como cuentas las cosas. La verdad, es una vergüenza la hipocresía de la iglesia, sus museos llenos de riquezas y se les llena la boca diciendo que la "iglesia es pobre" mientras sus "Generales" (obispos y demás) se pasean en sus flamantes coches. Me pongo mala de pensarlo.
Muchas gracias y un saludo.
Muy interesante! No lleves a tu amigo donde bien quieras, que por amigo lo llevas y por dueño queda.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita a Peón de Brega; espero que se repita como lo hará esta mía a tu blog.
Saludos
GRACIAS POR EL POST Y POR LA VISITA A VIDA CONCEPTUAL...
ResponderEliminarVEO QUE TIENEN MUY BUENOS TEXTOS E IDEAS. ESTAREMOS EN CONTACTO
Interesante blog. Hace mover las neuronas, que siempre es bueno.
ResponderEliminarMe apunto.
Artículo muy interesante. Aunque no se si alabas a la Iglesia con esto o la criticas, pero estoy de acuerdo contigo en mucho de lo que dices, y a diferencia de la opinión común que por esos motivos ven en la Iglesia una fuerza negativa, a mí me gusta mucho así como es, romana e imperial.
ResponderEliminarThaelman, gracias por tu comentario. Ni la alabo ni la critico, la miro con otros ojos. Tengo otra pregunta: ¿ellos (el Papado y su Corte) saben que son así o actúan por inercia secular? Es mas ignoro si se han hecho esta pregunta, por lo menos los curas de infantería de trinchera.
ResponderEliminarCarolus: estás hablando irónicamente de una organización cuyo reino es espiritual. Pero no veo malas intenciones en tu comentario. Le pido a Dios que te haga participar de su Reino Celestial. Afectuosamente
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