Ir al contenido principal

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

A dos velas

Estar a dos velas equivale a estar sin blanca, es decir, sin dinero, sin recursos de ningún tipo.


En El porqué de los dichos, José María Iribarren sugiere que alude al juego y al hecho de que, antiguamente, en las timbas y partidas de naipes ilegales, el banquero solía contar los puntos y el dinero a la luz de dos velas. En este supuesto, si un jugador lograba ganar todo el dinero de la banca literalmente dejaba al banquero a dos velas.  Así se explica en http://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/ide-donde-viene-la-expresion-qestar-a-dos-velasq


A dos velas
A dos velas

Y a la luz de dos velas estamos en esta sufrida y desgarrada piel de toro. Conozco países donde la luz durante 24 horas al día es un hecho asombroso, situación a la que aun no hemos llegado, pero que estamos creando a toda velocidad, como si nos corriera prisa.

No sé si ha fijado usted que hay bastante menos luz en las ciudades y en los pueblos. En algunos casos hay tan poca que en cualquier momento espera uno ver aparecer la versión actual de un fulano con la capa del motín de Esquilache y la navaja cachicuerna de siete muelles amparado en la penumbra dieciochesca que ahora nos invade. Y eso que el siglo dieciocho era el de las luces.

Quien lo iba a decir, con el derroche luminoso que empezamos este siglo que no deja de asombrarnos y encogernos el alma, y lo ecológicos que nos hemos vuelto al apagar todas las noches más de la mitad del alumbrado público para que no se recalienten ni este planeta ni las facturas en los cajones de las alcaldías.

Hace unos días, gracias al ecologismo guay del Paraguay que piadosamente conquista mentes y países, se apagó durante una hora la luz artificial del planeta, como si volviéramos a la Edad Media (o al paraíso comunista de Corea del Norte). Debe de ser tan buena la idea que por estos predios ya llevamos varios años bajando el volumen de las farolas y dejando las calles y plazas a dos velas, cuando no a oscuras, como en una ciudad sitiada o de posguerra.

Si no se hubiera robado tanto por los que nos deberían administrar  y lo que te rondaré de robos, no seríamos tan ecologistas a la fuerza en asuntos eléctricos, porque en pagos e impuestos, tasas y demás hemos rebasado muy ampliamente el odiado diezmo medieval y vamos camino de una edad oscura como la de esos siglos del medievo.

Literalmente, a dos velas, como en una timba ilegal. Con un par.




Comentarios

  1. De dos velas vamos a pasar a la luz mortecina del candil de aceite.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso me temo, pero mientras haya luz, dicen que hay esperanza

      Saludos, Cayetano

      Eliminar
  2. Bueno el banquero tenía dos velas...porque hay algunos que no tienen ninguna...

    Saludos Carolus. Me has dado un idea con esto de los dichos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que tu idea sobre los dichos será mejor que la de Sancho Panza y sus refranes, pues Don Quijote apercibe a su escudero por su uso y abuso, cosa que espero no haber realizado por mi parte

      Saludos, Manuel

      Eliminar
  3. Hombre, desde luego que lo del ecologismo guay y la hora sin alumbrado pero con refrigeración e internet es una tonteria, una más de muchas que sólo sirven para acallar conciencias y llenar los bolsillos de unos cuantos jetas.... Pero los alumbrados públicos de este país, en general, estan sobredimensionados en muchos casos, y además mal diseñados con farolas que alumbran más hacia arriba (provocando contaminación lumínica) que hacia abajo (dando el servicio que debe)... Otra cosa es que a la hora de recortar se haga con poco talento...

    Para mí un tema aún más divertido es la iluminación de "monumentos" y BICs.... en un pueblecito de Lleida que conozco a falta de castillo iluminan un otero de arcilla un poco peculiar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este país es un disparate tras otro desde hace años. Lo que si que es palpable es que bien está no derrochar en alumbrado, cosa que debimos hacer hace años, y otra cosa es estar a casi a oscuras (a veces sin casi) consecuencia de gasto desmedido en tiempos de vacas gordas. O como comentas, en alumbrar actualmente el ídolo o el tótem local. Todo muy tribal, por cierto.

      Saludos, csc212

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Señoras, presten atención

Los hombres tienen dos razones principales para estar con mujeres: SEXO y AMOR.  Sin embargo, cuando se trata del matrimonio, la mayoría de los hombres no se casan por ninguna de esas razones. Se casan por ESTABILIDAD.  Ver Cómo ser el mejor amante Esto es lo que quiero decir: Un hombre puede amarte y no casarse contigo. Puede tener relaciones sexuales contigo durante años sin casarse contigo. Pero una vez que encuentre a alguien que traiga estabilidad a su vida, se casará con ella. Por "estabilidad" me refiero a "paz mental". He escuchado a hombres decir: "Amo a esta mujer, pero no creo que pueda pasar mi vida con ella". Cuando los hombres piensan en el matrimonio, no se enfocan en cosas como vestidos de novia o damas de honor, como lo hacen muchas mujeres. En cambio, piensan: "¿Puede esta mujer construir un hogar conmigo? ¿Puede cuidar de nuestros hijos y de mí? ¿Me traerá paz y consuelo?"  Ver Lo que nunca te enseñaron Los hombres quieren la p...

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Hace un tiempo me enviaron esta curiosa historia

La profesora estaba siempre gritando: «¡Me vas a volver loca, Venancio! ¡Contigo ya no puedo más! ¡Venancio eres un inútil!». Un día, la madre de Venancio fue a la escuela para comprobar cómo le estaba yendo a su hijo. La profesora le dijo que su hijo era un desastre. Tenía las peores notas del colegio y que ella, en 25 años de enseñanza, nunca vio un niño tan torpe. La madre quedó tan apenada con esta sincera conversación que decidió retirar a su hijo Venancio de la escuela y se mudaron a Alemania para que Venancio estudiara en un centro especializado. Después de 25 años, a esta misma profesora le fue diagnosticada una grave enfermedad del corazón. Todos los médicos consultados coincidieron que necesitaba una cirugía muy delicada y costosa que solo un famoso médico español que vivía en Alemania podía hacer.  La profesora, ya sin esperanzas, decidió vender todo lo que tenía y con los ahorros de toda su vida, emprendió el viaje a Berlín para intentar la costosa cirugía que, finalmen...

El salto que cambió una vida: cruzar la línea entre dos mundos

Esta es la historia de una mujer que, en un acto de valentía y desesperación, cambió su destino para siempre. Corrió a toda velocidad, con el ejército persiguiéndola con todas sus fuerzas, hasta que su cuerpo no pudo más y se desmayó. Pero justo antes de ser alcanzada, en un último esfuerzo, dio un salto desde el este hacia el oeste, cruzando la línea blanca que separaba dos mundos opuestos.  Ver Lo que nunca te enseñaron En ese lugar específico, su vida cambió para siempre. En menos de un segundo, todo lo que conocía quedó atrás. Porque ese salto no solo fue físico, sino simbólico: ella cruzó la línea que dividía dos tierras, dos sistemas políticos y dos realidades completamente distintas. Pasó del socialismo al capitalismo, de ser una mujer con una identidad a convertirse en otra completamente diferente. De vivir bajo una libertad restringida a experimentar la libertad plena. De ser perseguida por el Estado a ser apoyada por él. En ese instante crucial, dejó atrás Alemania Orient...

Cómo se combatía el frío en la Edad Media

La Edad Media, un período histórico marcado por la escasez de tecnologías modernas, presentaba un desafío constante para combatir el frío. En ausencia de sistemas de calefacción centralizados y ventanas eficientes, la vida cotidiana se veía influenciada por las bajas temperaturas y las corrientes de aire persistentes. Las estrategias para mantener el calor en hogares y espacios habitables eran diversas y, a menudo, rudimentarias, reflejando la ingeniosidad y la adaptación de la sociedad medieval a las condiciones climáticas adversas. Una de las primeras líneas de defensa contra el frío era la gestión de la luz y el aislamiento a través de las ventanas. En la mayoría de las viviendas, las ventanas eran pequeñas y, en lugar de vidrio, se cubrían con materiales como paños o pergaminos aceitosos. Esta solución buscaba equilibrar la necesidad de luz natural con la de mantener el calor en el interior, aunque sacrificando la visibilidad y la claridad. El vidrio, considerado un material costos...