No siempre es fácil distinguir entre una secta, un grupo de terapia, meditación o desarrollo personal. Sin embargo, hay ciertos criterios que no engañan.
La renovación espiritual, el interés actual por las terapias y los grupos de discusión pueden conducir a ciertas derivas. En la búsqueda del bienestar y la paz interior, unos individuos, quizás más frágiles que otros, se lanzan a las redes de las sectas. Y no es tan fácil solucionarlo.
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¿Qué es una secta?
En primer lugar, una secta, ¿qué es? Esta palabra proviene del latín "sequi", que significa seguir, y secare (cortar). Pertenecer a una secta significa tanto seguir una enseñanza, una persona, como aislarse del entorno. A partir del siglo XIX, este término se utilizó de forma peyorativa y significó intolerancia al espíritu, con una serie de peligros potenciales.
Ciertos criterios no son engañosos y se pueden agrupar en cuatro temas principales.
1. Manipulación financiera y cultos
Cuando la autonomía del gurú parece depender en gran medida de tu contribución financiera, ¡cuidado! En una secta, la mayoría de las veces los precios son desorbitados y superan con creces el valor de la enseñanza, o de un fin de semana de terapia. La participación no es gratuita, sino impuesta y las cuantías son desproporcionadas. Algunos incluso llegan a endeudarse.
También puedes estar involucrado en la compra de diversos bienes para el gurú. Pero, ¿adónde va realmente este dinero? En caso de exceso, te sugiero verificar la transparencia en la contabilidad. Hay una diferencia entre participar en la reparación del techo del lugar de recepción en el campo, y pagar las vacaciones del gurú...
2. Manipulación sexual y secta
Bajo el pretexto de la sanación energética, los gurús están acostumbrados a imponer prácticas sexuales. Pueden elegir pareja para ti o exigir un informe, para, según ellos, "despertar los chakras" o incluso "elevar el Kundalini (una de las energías del yoga)". Las prácticas manuales también son frecuentes y la mayoría de las veces desviadas.
El gurú presentará esta elección como un honor y agregará que el rechazo sería mal visto por el grupo. Cualquier propuesta sexual debe despertar tu desconfianza, sea la que sea. Es simplemente una cuestión de abuso sexual que de ninguna manera contribuye a tu desarrollo.
3. Presiones físicas y sectas
El cansancio, los ayunos, los despertares nocturnos… son los recomendados por el gurú. Al final, todas estas prácticas apuntan a debilitar físicamente a los "seguidores" cuyas capacidades de resistencia y reacción se ven entonces disminuidas.
En algunas sectas tienes que despertarte por la noche para meditar, las comidas son bastante frugales cuando no estás en ayunas, e incluso puedes participar en un arduo trabajo comunitario. En resumen, para establecer su poder, el gurú actúa sobre el físico, eres así más maleable y apático.
4. La pérdida de hitos y las sectas.
La manipulación mental puede continuar a través de una ruptura con el entorno original. Gradualmente, la secta ocupa cada vez más de tu tiempo. Aparte de las sesiones de grupo, tienes citas periódicas y obligatorias con otro "seguidor".
Intelectualmente, adoptas el pensamiento del grupo, sus lecturas y todas sus opciones culturales.
Con tus amigos hablas mucho de tu actividad, les dices que harían bien en intentarlo. Las sectas incluyen sistemas de patrocinio, veladas en las que debes traer a un ser querido. La manipulación puede llegar hasta la ruptura con el núcleo familiar. ¡La nueva familia es el grupo! En caso de duda, no dudes en hablar con una asociación para no caer en malas manos.
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