Muchas personas se han convertido en profesionales en la queja. El psicólogo estadounidense Guy Winch nos da las razones y ayuda a salir de esta espiral negativa.
Crees que es más fuerte que
nosotros. A la menor olvido por parte de otros (el aniversario de tu relación,
el espectáculo de teatro al que te encantaría ir), te apresuras por teléfono a
refunfuñar en los oídos de tu mejor amigo. ¿Por qué te quejas a menudo?
Tu colega de oficina se queja en
la máquina de café sobre los problemas de transporte, a lo que suma los fallos
en la educación nacional. A veces podemos sentir que la queja está en todas
partes. ¿Nos hemos convertido todos en quejosos "pro"? ¿Qué esconde
la "actitud gruñona" que parece ganar el mayor número? El psicólogo
estadounidense Guy Winch, en su libro "El arte de quejarse..." va al
escáner nuestros "quejicas" y nos da pistas para ser escuchados, ¡de
manera diferente!
¿La queja se ha vuelto crónica e improductiva?
La lista de motivos de queja
sigue creciendo. En realidad, diferentes factores la motivan, los más
frecuentes son emocionales o sociales. Para el psicólogo Guy Winch, se produce
como resultado de la frustración, por ejemplo, ante una espera prolongada de un
técnico. Nuestra irritación está aumentando y la estamos dejando saber.
Si el fenómeno no es nuevo, por
otro lado lo que alerta al psicólogo es que se ha vuelto crónico e
improductivo. Según él, "evacuamos nuestro lamento en un soplo de
auténtica irritación, solo para parecer satisfechos de verlo flotar y pegarse
al techo, ¡donde se desinflará sin dar nada en absoluto!"
¿A quién podemos quejarnos?
¡A veces las quejas son
"emocionales"! Según Guy Winch, el propósito principal de quejarse es
evacuar las emociones negativas: " buscamos obtener la liberación catártica
de la tensión interior".
Claramente, primero buscamos "purgarnos" la irritación, la ira causada por la insatisfacción. En un segundo paso, inconscientemente queremos una validación emocional del "daño" que hemos sufrido.
En la práctica: La expresión en
voz alta de una queja es interesante, siempre y cuando, por supuesto, elijas al
interlocutor adecuado. Guy Winch recomienda evitar, por supuesto, las incógnitas
relativas, probablemente muy poco preocupadas por su angustia. Cuando se trata
de un amigo, asegúrate de que esté de humor para mostrar solidaridad y
comprensión. Si esta persona está pasando por dificultades, puede parecer
prudente guardar tus "pequeñas miserias" (incluso si te parecen
grandes) para ti mismo.
Si se vuelve crónica: nuestro
especialista recomienda en este caso dirigirla a la persona interesada, una
madre demasiado invasiva, una amiga que llega siempre tarde, formulándola de
forma constructiva. Después de preguntarse, ¿cuál era su verdadera necesidad
oculta detrás de la queja?
La queja para crear lazos sociales
Si mezclas tu voz con los que
regañan en bucle de "se ha vuelto imposible aparcar donde vivo",
"La sociedad está empeorando cada vez más", "Francamente, la
televisión se está deteriorando", es muy posible que tus quejas sean del
tipo "social".
Para Robin Kowalski, profesor de
psicología en la Universidad de Clemson, nuestras quejas también cumplen
funciones sociales. Facilitarían las interacciones en la sociedad. Una forma
real de iniciar una conversación nos permite encontrar un terreno común para
establecer nuestros intercambios. Cuando te quejas con un amigo (incluso si no
te importa) creas un vínculo.
¿Cómo dejar de quejarse?
Si se vuelve crónico: para Guy
Winch, nuestras expectativas han aumentado considerablemente en los últimos 50 años. De ahí el mal uso de la queja como
herramienta de comunicación. Exigimos un mejor servicio, resultados más
eficientes y una actitud acorde con nuestros deseos, por parte de nuestros
proveedores de servicios.
Tal vez primero podamos bajar
nuestras expectativas, y luego podamos equilibrar lo que se puede cambiar, lo
que no se puede cambiar. Tantas vías que deberían hacer posible encontrar
nuevos puntos en común, más optimistas. No dudes en practicar la meditación, en
recordar 5 puntos positivos del día pasado, en escribir en un papel tus quejas
y en destrozarlas...
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