Comerse el coco: reflexionar en exceso, con efectos negativos. Evítalo buscando soluciones y enfocándote en acciones concretas
¿Te has sentido alguna vez atrapado en un bucle de pensamientos negativos que no te dejan en paz? ¿Has pasado horas y horas dándole vueltas a un problema sin encontrar una solución?
Ver Detener el pensamiento, encontrar la paz
10 ideas para dejar de comerse el coco |
Comerse el coco es una expresión
coloquial que se usa para referirse a la tendencia a pensar demasiado, a
rumiar, a preocuparse excesivamente o a tener pensamientos obsesivos. Es una
forma de auto-tortura mental que puede generar mucho estrés, ansiedad, tristeza,
frustración y angustia. Además, comerse el coco suele ser improductivo, ya que
no nos ayuda a resolver los problemas sino que los magnifica y los complica.
Ver El poder de tu mente subconsciente
Pero, ¿por qué nos comemos el
coco? ¿Qué beneficios obtenemos de esta conducta? ¿Y cómo podemos dejar de
hacerlo? Te voy a compartir 10 ideas que te ayudarán a dejar de comerse el coco
y a vivir con más paz y alegría.
1. Acepta lo que no puedes cambiar
Muchas veces nos obsesionamos con cosas que están fuera de nuestro
control, como el pasado, el futuro, la opinión de los demás o las
circunstancias externas. Esto solo nos genera estrés, frustración y ansiedad.
Lo mejor que podemos hacer es aceptar la realidad tal como es y enfocarnos en
lo que sí podemos hacer para mejorar nuestra situación.
2. Practica la gratitud
Una
forma de dejar de comerse el coco es cambiar el enfoque de lo que nos falta a
lo que tenemos. Agradecer las cosas buenas que hay en nuestra vida nos ayuda a
valorarlas más y a sentirnos más felices y satisfechos. Puedes empezar el día o
terminarlo escribiendo tres cosas por las que estás agradecido, o simplemente
decir gracias mentalmente cuando te ocurra algo bueno.
3. Medita
La meditación es una técnica milenaria que nos ayuda a calmar la mente y a conectar con el momento presente. Consiste en observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos ni identificarnos con ellos, y volver al foco de atención, que puede ser la respiración, un mantra, una imagen o una sensación corporal. Puedes meditar unos minutos al día, preferiblemente por la mañana o por la noche, en un lugar tranquilo y cómodo.
4. Haz ejercicio
El ejercicio
físico es una de las mejores formas de liberar el estrés y las tensiones que se
acumulan en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Además, al hacer ejercicio
liberamos endorfinas, unas sustancias químicas que nos hacen sentir bien y
mejorar nuestro ánimo. Puedes elegir el tipo de ejercicio que más te guste, ya
sea caminar, correr, nadar, bailar, hacer yoga o cualquier otra actividad que
te divierta y te motive.
5. Respira profundamente
Cuando
estamos nerviosos o preocupados, nuestra respiración se vuelve más rápida y
superficial, lo que aumenta nuestro nivel de ansiedad. Por eso, es importante
respirar profundamente cuando nos sentimos agobiados o estresados. Esto nos
ayuda a oxigenar mejor nuestro cerebro y nuestro cuerpo, a relajar nuestros
músculos y a reducir nuestra frecuencia cardíaca y nuestra presión arterial.
Puedes practicar la respiración diafragmática, que consiste en inflar el
abdomen al inhalar y desinflarlo al exhalar, o la respiración cuadrada, que
consiste en inhalar durante cuatro segundos, retener el aire durante cuatro
segundos, exhalar durante cuatro segundos y volver a retener el aire durante
cuatro segundos.
6. Habla con alguien
Otra forma de dejar de comerse el coco es compartir nuestros problemas o preocupaciones con alguien de confianza, como un amigo, un familiar o un profesional. Esto nos ayuda a desahogarnos, a ver las cosas desde otra perspectiva y a recibir apoyo y consejo. No se trata de buscar soluciones mágicas ni de quejarnos constantemente, sino de expresar lo que sentimos y escuchar lo que nos dicen.
7. Escribe un diario
Escribir un
diario es una herramienta muy útil para ordenar nuestros pensamientos y
emociones, sobre todo si tenemos tendencia a rumiar o a darle vueltas a las
cosas. Al escribir podemos plasmar lo que nos pasa por la cabeza, lo que nos
preocupa, lo que nos molesta o lo que nos ilusiona. También podemos escribir
nuestras metas, nuestros planes o nuestras reflexiones. Esto nos ayuda a
conocernos mejor, a liberar tensiones y a encontrar soluciones creativas.
8. Haz algo que te guste
Cuando
estamos preocupados o estresados, tendemos a descuidar nuestras aficiones o
nuestros hobbies, lo que nos hace sentir más vacíos e insatisfechos. Por eso,
es importante dedicar tiempo a hacer cosas que nos gusten y nos hagan sentir
bien, como leer, pintar, tocar un instrumento, ver una película, cocinar,
viajar o lo que sea que nos apasione. Estas actividades nos aportan placer,
diversión y sentido a nuestra vida, y nos ayudan a desconectar de nuestros
problemas y a recargar energías.
9. Cuida tu alimentación
Lo que
comemos influye en cómo nos sentimos, tanto física como mentalmente. Una
alimentación equilibrada y saludable nos ayuda a mantener nuestro cuerpo en
forma y a prevenir enfermedades, pero también a regular nuestro estado de ánimo
y a mejorar nuestra concentración y nuestra memoria. Algunos alimentos que nos
benefician son las frutas, las verduras, los cereales integrales, las
legumbres, los frutos secos, el pescado azul y el chocolate negro. Algunos
alimentos que nos perjudican son el alcohol, el tabaco, el café, el azúcar y
las grasas saturadas.
10. Duerme bien
El sueño es
fundamental para nuestra salud física y mental, ya que durante el sueño se
produce la regeneración celular, la consolidación de la memoria y el
aprendizaje, la regulación hormonal y la eliminación de toxinas. Dormir bien
nos ayuda a estar más descansados, más alertas, más creativos y más felices.
Para dormir bien se recomienda seguir una rutina de sueño, evitar las pantallas
antes de acostarse, crear un ambiente cómodo y oscuro en la habitación, evitar
las comidas copiosas y las bebidas estimulantes por la noche y hacer ejercicio
durante el día.
Comentarios
Publicar un comentario