Estos medicamentos son una herramienta contra la obesidad, pero no son una solución mágica ni eximen de seguir unas pautas de alimentación y ejercicio
La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el mundo y que se asocia con un mayor riesgo de padecer otras patologías como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o cáncer. Por eso, es importante contar con tratamientos eficaces y seguros que ayuden a las personas con obesidad a perder peso y mejorar su salud.
Ver ¿Por qué no logras adelgazar aunque lo intentas?
Medicamentos para combatir la obesidad |
Ver Ayuno intermitente, autofagia y rejuvenecimiento
Algunos de estos medicamentos son:
Liraglutida
es un análogo del GLP-1, una hormona que se libera en el intestino después de comer y que estimula la secreción de insulina y reduce el apetito. La liraglutida se administra mediante una inyección subcutánea una vez al día y se ha demostrado que reduce el peso corporal en un 8% de media en un año, además de mejorar los niveles de glucosa, colesterol y presión arterial.
Semaglutida
Es otro análogo del GLP-1 que se administra mediante una inyección subcutánea una vez a la semana. En un ensayo clínico reciente, se ha observado que la semaglutida produce una pérdida de peso del 15% de media en 68 semanas, lo que supone el mayor efecto adelgazante de un fármaco hasta la fecha. Además, también mejora los parámetros metabólicos y cardiovasculares.
Bupropión/naltrexona
Es una combinación de dos fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central para reducir el apetito y aumentar el gasto energético. El bupropión es un antidepresivo que inhibe la recaptación de dopamina y noradrenalina, mientras que la naltrexona es un antagonista de los receptores opioides que bloquea los efectos placenteros de la comida. Este fármaco se toma por vía oral dos veces al día y produce una pérdida de peso del 5% de media en un año.
Fentermina/topiramato
Es otra combinación de dos fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central para disminuir el apetito y aumentar la sensación de saciedad. La fentermina es un estimulante que libera noradrenalina y dopamina, mientras que el topiramato es un anticonvulsivo que modula los canales de sodio y calcio. Este fármaco se toma por vía oral una vez al día y produce una pérdida de peso del 10% de media en un año.
Ozempic y Mounjaro
Ozempic y Mounjaro son dos nombres comerciales de un mismo principio activo: el semaglutide, que pertenece a la clase de los análogos del GLP-1. El GLP-1 es una hormona que se produce en el intestino y que estimula la secreción de insulina por el páncreas cuando hay glucosa en la sangre. Además, el GLP-1 reduce el apetito y la velocidad de vaciado gástrico, lo que ayuda a controlar el peso.
Los análogos del GLP-1, como el semaglutide, imitan la acción del GLP-1 natural, pero tienen una vida media más larga y resisten la degradación por las enzimas. De esta forma, pueden mantener un efecto prolongado sobre el metabolismo de la glucosa y el apetito.
Ozempic y Mounjaro se administran mediante una inyección subcutánea una vez por semana. La dosis inicial suele ser de 0,25 mg y se va aumentando progresivamente hasta alcanzar la dosis óptima, que puede ser de 0,5 mg o 1 mg según el caso.
¿Qué beneficios tienen Ozempic y Mounjaro para los pacientes con diabetes tipo 2?
Según los estudios clínicos realizados, estos medicamentos logran reducir los niveles de glucosa en sangre (HbA1c) entre un 1% y un 1,5%, lo que supone una mejora significativa del control glucémico. Además, también consiguen disminuir el peso corporal entre 3 y 6 kg, lo que puede tener un impacto positivo sobre la salud cardiovascular y la calidad de vida.
Ozempic y Mounjaro son fármacos seguros y bien tolerados por la mayoría de los pacientes. Los efectos secundarios más frecuentes son las náuseas, los vómitos, la diarrea y el dolor abdominal, que suelen ser leves y transitorios. En algunos casos, pueden producir hipoglucemia (bajada excesiva de azúcar en sangre), especialmente si se combinan con otros antidiabéticos. Por eso, es importante ajustar las dosis y monitorizar los niveles de glucosa con regularidad.
En conclusión, Ozempic y Mounjaro son medicamentos innovadores que ofrecen una alternativa eficaz y cómoda para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, no son una solución mágica ni sustituyen a las medidas higiénico-dietéticas, como seguir una alimentación equilibrada y hacer ejercicio físico. Si tienes diabetes tipo 2 y quieres saber si estos fármacos son adecuados para ti, consulta con tu médico endocrinólogo.
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