La experiencia de cenar con amigos estadounidenses puede ser reveladora para alguien que no está acostumbrado a la cultura alimentaria de los Estados Unidos. Hace un par de años, tuve la oportunidad de compartir una cena con unos queridos amigos estadounidenses, y aunque ambos luchaban con problemas de obesidad, la situación podría haber sido aún más grave. Lo que más me impactó durante esa cena, y en general durante mis estancias en Estados Unidos, es la cantidad desmesurada de comida que se sirve y consume habitualmente. Un simple plato de aperitivos en un restaurante familiar estadounidense suele contener más comida que una comida completa en un establecimiento similar en Europa. No se trata solo de la cantidad, sino también de la calidad: la comida, aunque indudablemente sabrosa, tiende a ser mucho más grasa y menos saludable que lo que estamos acostumbrados en otras partes del mundo. La variedad y cantidad de guarniciones que acompañan a los platos principales también resulta sorp