"Comparado con esta situación, Pearl Harbor fue un día de de picnic."
9 de noviembre, 1979.
Era una fría mañana de invierno en Colorado, cuando las alarmas empezaron a sonar en NORAD, el Comando de Defensa Aeroespacial Americana. Con una nube de la Guerra Fría colgando sobre sus cabezas, los corazones de los analistas se precipitaron cuando vieron la causa detrás de las alarmas — 250 misiles Soviéticos dirigiéndose hacia los Estados Unidos.
Zbigniew Brzezinski, derecha, con Jimmy Carter.
A las 03.00 AM y con la alarma empezado a sonar hace unos pocos minutos, el asesor de seguridad nacional del Presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, es despertado por una llamada del NORAD para informarle del inminente ataque nuclear. Cada segundo disponible se ha convertido más valioso que el oro, ya que le dicen que solo tiene tres minutos para informar al Presidente Jimmy Carter de la situación, así como para obtener una decisión de él.
En vez de hacer lo que se le ordenó, Brzezinksi opto por no informarle directamente al presidente, diciendo que iba a esperar a una segunda llamada para confirmar la situación. Su esposa estaba durmiendo junto a él, prefirió no despertarla, convencido de que probablemente en media hora estarían todos muertos.
Un B-52, parte del Comando Aéreo Estratégico.
Él recibió una llamada poco después, en la cual le fue informado que el número de misiles se había disparado a 02.20 h. — esto ya era una aniquilación a gran escala. Brzezinski estaba determinado que EEUU debía contraatacar, pidió confirmación para la preparación de las represalias. Le fueron concedidas, diez aeronaves del Comando Aéreo Estratégico fueron preparadas para lanzar al aire y empezar su vuelo hacia la Cortina de Hierro, preparados para ofrecer una retribución con sello estadounidense.
Cada segundo que pasaba era un segundo menos para Brzezinski para la llamada al presidente, y cuando quedaba menos de un minuto, minuto que pudo haber convertido la guerra fría en una muy caliente, él recibió una tercera llamada. Le fue informado que los otros sistemas de avisos no estaban registrando nada. Todo se convirtió en una falsa alarma, resultado de haber cargado erróneamente una simulación de entrenamiento en una de las computadoras operacionales del NORAD.
Una Tercera Guerra Mundial pudo haber estado a solo un minuto de distancia. La frase del comienzo pertenece a un investigador del congreso que habló del suceso años después, reafirmando lo cerca que estuvo el mundo de pasar de una simulación a la realidad.
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario