Jesús y sus apóstoles llevaban una vida sencilla y nómada, dependiendo en gran medida de la generosidad de otros para su sustento diario.
No tenían trabajos fijos ni fuentes regulares de ingresos, ya que habían dejado sus ocupaciones anteriores para dedicarse a tiempo completo a su misión espiritual.
Ver Las estrategias ocultas de la Biblia
Su financiamiento provenía principalmente de donaciones voluntarias de seguidores y simpatizantes. Muchas personas, conmovidas por su mensaje y ministerio, les ofrecían comida, alojamiento y apoyo económico. Entre estos benefactores se encontraban tanto gente común como individuos más acomodados.
Las mujeres jugaban un papel importante en el sostenimiento del grupo. Varias seguidoras devotas contribuían con sus propios recursos para apoyar a Jesús y sus discípulos en su labor itinerante.
Jesús instruía a sus apóstoles a viajar sin dinero ni provisiones, confiando en la hospitalidad de aquellos a quienes ministraban. Esta práctica no solo aseguraba la simplicidad de su misión, sino que también ponía en práctica sus enseñanzas sobre la confianza en la providencia divina.
Aunque vivían con lo mínimo, el grupo mantenía un fondo común para cubrir necesidades básicas y ocasionalmente ayudar a los pobres. Uno de los apóstoles actuaba como tesorero, administrando estos recursos limitados.
Este estilo de vida austero y dependiente de la caridad reflejaba el mensaje central de Jesús sobre el desprendimiento material y la priorización de los valores espirituales sobre la riqueza terrenal.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario