La prohibición del consumo de carne de cerdo en ciertas culturas y religiones tiene raíces profundas que combinan aspectos religiosos, culturales y prácticos.
Aunque hoy en día estas restricciones son interpretadas principalmente desde un punto de vista espiritual, su origen parece estar vinculado a factores históricos y ambientales.
En el judaísmo, la prohibición se establece en los textos del Levítico y el Deuteronomio, donde el cerdo es considerado un animal "impuro". Según estas escrituras, solo se pueden consumir animales que tengan pezuña hendida y que rumien, características que el cerdo no cumple. Esta norma dietética no solo tenía un propósito religioso, sino también práctico. En las regiones áridas donde vivían los primeros israelitas, los cerdos eran incompatibles con el estilo de vida pastoril basado en ovejas y cabras. Además, su hábito de revolcarse en agua contaminaba las escasas fuentes disponibles, lo que hacía su crianza poco viable.
El Islam adoptó esta prohibición del judaísmo y la incorporó en sus leyes alimentarias bajo el concepto de haram (prohibido). El Corán describe la carne de cerdo como "inmundicia" y prohíbe su consumo. Sin embargo, esta prohibición es menos estricta que en el judaísmo, ya que permite comer cerdo en situaciones extremas donde no hay otra opción disponible. En ambos casos, la regla ha servido como un marcador de identidad cultural y religiosa, diferenciando a estas comunidades de otras.
Más allá de las explicaciones religiosas, algunos estudios sugieren que la prohibición pudo estar relacionada con cuestiones de higiene y salud. La carne de cerdo es más propensa a transmitir enfermedades como la triquinosis, lo que podría haber llevado a evitar su consumo como medida preventiva. Sin embargo, es dudoso que las sociedades antiguas tuvieran conocimiento científico sobre estos riesgos.
Por otro lado, el rechazo al cerdo también puede interpretarse desde una perspectiva sociocultural. En algunas épocas y lugares, los cerdos se asociaban con prácticas agrícolas menos deseables o con clases sociales bajas. Además, prohibir un alimento común entre culturas vecinas pudo haber servido como una herramienta para reforzar la cohesión interna y la identidad religiosa del grupo.
En contraste con estas restricciones, el cristianismo eliminó gran parte de las normas dietéticas mosaicas tras las enseñanzas de Jesús. Según los evangelios, lo que contamina al ser humano no es lo que entra por su boca, sino lo que sale de ella. Esto permitió a los primeros cristianos consumir carne de cerdo libremente, marcando una diferencia significativa con judíos y musulmanes.
En resumen, la prohibición del cerdo combina elementos religiosos, prácticos y culturales. Aunque sus razones originales están vinculadas al contexto ambiental e histórico del Medio Oriente antiguo, hoy en día estas normas persisten como símbolos importantes de identidad espiritual y cultural en las comunidades judías y musulmanas.
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Algunos musulmanes, si pueden, comen jamón a escondidas, lo mismo que beber alcohol. Y a sus mujeres no las toques pero después ellos van a por quién sea, sea mujer y otro hombre, no le hacen asco a nada.
ResponderEliminarBuenas tardes
ResponderEliminarYo particularmente no como cerdo por tres razones que no tienen que ver con la religión 1) muere en un estado calamitoso, a los gritos y puro sufrimiento, 2) Es un animal inmundo se alimenta de porquerías, aún de restos humanos 3) Contagia una serie de enfermedades porque es una carne que contamina, una de la mal conocida es la triquinosis.
Saludos
EliminarTanto cerdos como jabalíes son animales oportunistas, omnívoros, comen una enorme gama de alimentos, tanto carne, de todo tipo de aninales, desde pequeños mamíferos a aves, pasando por reptiles, insectos o peces, huevos, y e igualmente comen todo ttipo de materia vegetal, semillas, raíces, hongos, tallos, hojas, tubérculos, flores, frutas y frutos... Básicamente los cerdos y jabalíes tienen el mismo menú que el ser humano, comen, comemos, de todo. Eso sí, lo hacen cuando está a su alcance. Los jabalíes domésticos, los cerdos, dependen de los humanos para su alimentación. Si e vez de una alimentación fresca y variada, que te asrguro, a ellos les encantaría poder comer, les damos comida de mala calidad, o inclusoi restos de nuestras comidas, las sobras, eso no convierte a los pobres cerdos en animales inmundos, ¿No crees? ¿Te suena, has oido alguna vez el label de calidad del jamón de pata negra, de cerdos criados con bellotas? ¿De donde piensas que viene el nombre, de un capricho del ganadero, de una población llamada "bellota"? Obviamente, es con lo que mayoritariamente se alimentan los esos cerdos, ibéricos, sueltos en semilibertad, en terrenos en los que crecen árboles del género Quercus, encinas, alcornoques y quejigos, todos ellos productores de bellotas, un manjar para los cerdos, y también para nosotros.
Por último, los cerdos y jabalíes se revuelcan en charcas y en barro, Y de nuevo, nada tiene que ver con la suciedad. Los cerdos no tienen glándulas sudoríparas de modo que, para refrescarse realizan esa práctica, Y el barro, una vez se seca, les ayuda a eliminar los parásitos externos que se adhieren a su pelaje, tal y como hacen otras especies, tan poco inmundas como ellos, porr ejemplo los elefantes.
El cerdo, y su versión salvaje, el jabalí, NO ES UN ANIMAL INMUNDO. Es que ni siquiera las ratas de alcantarilla lo son. Las ratas, son vistas por la la mayoría como animales sucios, que viven en la suciedad, no en vano suelen ser apellidadas "de alcantarilla". Las ratas eran ratas de campo. Nosotros creamos la suciedad, las aguas residuales, y construimos las alcantarillas, para verter toda esa suciedad, esas inmundicias, al río más cercano o al mar. La rata solo se adaptó y consiguió sobrevivir, pese a nosotros. A la rata le siguieron otras especies, como las gaviotas o las palomas. Hay quien dice que las gaviotas son sucias por alimentarse en vertederos. No deja de ser paradójico, pues los vertederos son las montañas de basura de nuestros desperdicios. Suciedad tanto de basureros, vertederos y sistema de alcantarillado, que contamina el medio ambiente, y que también es foco de enfermedades. Por no hablar del simple gesto de orinar. Entramos, evacuamos en 1 minuto o dos, y a otra cosa, no volvemos a saber de esos líquidos. Lamentablemente la naturaleza no puede decir lo mismo. Disuelto en la orina van todo tipo de compuestos químicos, desde los medicamentos prescritos por el médico, los que nosotros mismos nos auto recetamos y cualquier droga, desde cualquier analgésico opiáceo, la cafeína, el alcohol o las drogas duras, incluyendo cualquier virus con que nos hayamos contagiado, todo va a los ríos, que desembocan en los mares, o directamente los vertemos al mar, que es el lugar que finalmente recoge todos nuestros desperdicios. Y TODA la fauna se lo tiene que comer con patatas. Durante la pandemia llegaron al mar miles de máscaras, porque una vez utilizada (la mayoría son de usar y tirar) va a la basura.... O a la calle, o al inodoro, es decir, a contaminar el medioambiente.
EliminarLa realidad es que sería bastante más apropiado que en vez de llamar a alguien "cerdo" por ser sucio o comportarse de una manera que ensucie el entorno, le llamáramos "humano", pues poca, o ninguna especie tiene la capacidad que tenemos nosotros para generar todo tipo de desperdicios y basura. Eso sí, la enviamos lejos de nuestros hogares, para verla y se la coman otras especies.
Pues vaya argumentos. El único que podría tener algo de realidad es el primero, la de su sufrimiento en el matadero. Y añado el sufrimiento por las malas condiciones en las granjas donde se crían. Pero no son unas condiciones en la cría, ni en los mataderos. que supongan diferencia alguna con el resto de animales de la ganadería, cabras, ovejas. terneras, bueyes, pollos, gallinas, pavos, codornices, conejos.... Así que tampoco deberías comer ningún otro animal de granja.
EliminarPero no es esa incoherencia la que motiva mi respuesta, sino la segunda. ¿Es un animal inmundo? ¿Se alimenta de porquería, hasta de restos humanos? Cada vez soy más crítico con este invennto de internet. Porque permite tanto en redes sociales como en espacios como este, que cualquiera cuelgue lo que pasa por su cabeza. Qué si, que todo el mundo tiene derecho a expresar lo qiue le de la gana. El problema es que las opiniones no van de una boca a unos cuantos oídos, del que habla a un grupo de amigos, sino que internet hace que cualquier mensaje se extienda por todo el planeta en un visto y no visto. Y el problema es que muchas, muchísimas veces, se dicen auténticas estupideces, eso sí, con toda la apariencia de argumentos sólidos y fundamentados.