El ego es la representación consciente que uno tiene de sí mismo. Para deshacerte de tu ego debes entender que es parte de lo que somos, lo que creemos que somos cada vez que nos identificamos con algo.
Cómo deshacerte de tu ego |
Tan pronto como nos comparamos con alguien, cuando queremos argumentar para demostrar que tenemos razón, en cada comportamiento donde queremos mostrar su superioridad al otro o demostrar que tenemos más conocimiento, movilizaremos nuestro ego. Entonces, ¿por qué tanta gente quiere deshacerse de su ego? Porque el ego nos empuja a sentirnos siempre superiores a los demás.
Si estás en un proceso de desarrollo personal, si quieres reconectarte contigo mismo, entonces vas a necesitar a veces silenciar tu ego, deshacerte de tu ego.
Para deshacerte de tu ego, entiende que sólo el ego puede matar al ego
Si quieres deshacerte de tu ego, vas a tener que empezar por tratar de entenderlo, saber de dónde viene y por qué existe. Sin entender su origen y propósito, serás incapaz de deshacerte de él — o silenciarlo cuando sea necesario. Conócelo, para aceptarlo como parte de ti por derecho propio.
Reconocer la parte de uno mismo que está actuando
Si quieres deshacerte de tu ego, aprende a detectar cuando tu ego toma el control. Por ejemplo, cuando estés tratando de demostrar que tienes razón, trata de averiguar qué está pasando dentro de ti para supervisarte mejor. En estos momentos, hay dos partes dentro de ti: la parte que se siente descuidada y quiere existir, que impone su presencia, que te hace interactuar de manera diferente con los demás y la parte que está en paz con lo que se está jugando, que es tranquila, serena. La próxima vez que estés en este tipo de situación, practica y trata de aprender a reconocer qué parte de ti está predominando a la otra, para notar cuando tu ego toma el control. Esto es lo que entonces te permitirá deshacerte de tu ego y alejarte de esa parte de ti.
Desidentificar los pensamientos
Mucha gente está apegada a sus pensamientos, a las conversaciones que tienen dentro de sí mismas. Sin embargo, estos pensamientos no te definen. Imagínate como si hubiera estaciones de radio que transmiten a tu alrededor, pero que no te pertenecen. La única radio que te pertenece es a la que decides conectarte. Nuestros pensamientos funcionan exactamente de la misma manera: estamos constantemente abrumados por toda una corriente de pensamientos, pero esos pensamientos que cruzan nuestra mente no definen quiénes somos, no nos pertenecen. No tenemos que escucharlos, darles importancia o alimentarlos.
Depende de ti el decidir en qué pensamientos estás centrando tu atención, y es precisamente esta atención la que les permitirá desarrollarte. Si decides concentrarte en los pensamientos que te llegan de tu ego: comparación, autoexageración o, por el contrario, minimización, los engordarás, y estarán aún más presentes en ti. Ten en cuenta que tus pensamientos no determinan quién eres, que son solo una pequeña parte de ti de la que puedes alejarte, eso te ayudará a calmarte y relajarte. El primer paso es ayudarte a aceptar que el ego es parte de ti, el segundo te permite reconocerlo, saber cuándo toma el control. En lugar de tratar de luchar contra él, empujarlo y ahuyentar los pensamientos que trae con él, acepta que está presente, que una parte de ti a veces trata de tomar el control. Admite que estos pensamientos son sólo una parte de ti, que no definen a la persona que eres el resto del tiempo.
Darte cuenta de que el ego tiene una intención positiva
Cuando tu ego toma el control, cuando trata de demostrar que tienes razón, cuando te comparas con otras personas, cuando te sientes superior: lo hace porque está tratando de protegerte. Está tratando de preservar la identidad que has creado. No por el simple placer de aplastar a los demás, sino para demostrar que existes.
El ego es parte de la creación de nuestra identidad, y no estoy seguro de que deshacerse de él por completo sería realmente beneficioso. Por ejemplo, estoy seguro de que hay algunos proyectos que has hecho sólo por ego. Puede ser una actuación deportiva, hacer algo que tenías miedo o que simplemente estaba fuera de tu zona de confort. Tu ego te empujó a darte cuenta y probarte que podías hacerlo. Acepta que tu ego a veces puede ayudarte a sacarte de ti mismo. A veces nos empuja a hacer cosas que nos ayudan a confiar en nosotros mismos, o a inspirar a los demás y motivarlos a realizar sus sueños.
El ego tiene una intención positiva, pero la forma en que se expresa no siempre es la más apropiada. Piensa en el ego como un empresario: garantiza que todo va bien, que la empresa funcione y que siga siendo la primera en su terreno. Tan pronto como las cosas no vayan según lo planeado, entra en pánico y se vuelve demasiado presente. Acepta esta parte de ti, que está ahí para protegerte y ayudarte.
Desidentificarse de lo que creemos que somos
Lo que construye y nutre nuestro ego - y lo que nos impide evolucionar, es lo que creemos que somos. Por ejemplo, te ves a ti mismo como una persona que es buena en el ajedrez y que se siente muy cómoda al tratar con los demás.
Si alguien te hace sentir que no estás tan cómodo en tus interacciones sociales, o desafía tus habilidades de ajedrez, tu ego se dará cuenta y tratará de defenderte. Va a necesitar hacerte sentir que en realidad eres lo que crees que eres, va a hacer todo lo posible para probarlo a tu alrededor. Para dominar este aspecto de ti mismo, necesitas desidentificarte con lo que crees que eres.
Ten en cuenta que la imagen que tienes de ti mismo es sólo una imagen, es sólo una parte de ti. ¿Crees que eres tus creencias, diplomas y estatus social? Vuelve a conectar con tu corazón, con tu verdadera naturaleza. Tienes valor como persona. Conócete a ti mismo, descubre tu verdadera naturaleza. Cuanto más conectado estés contigo mismo, menos miedo tendrás, menos se te apoderará tu ego y podrás deshacerte de tu ego, ya que tendrá cada vez menos para defenderse a los ojos de los demás. La idea es dejar de actuar en reacción a lo que creemos que somos, y reconectar con nuestra verdadera naturaleza.
Felicítate, da las gracias y ámate
Para deshacerte de tu ego, tan pronto como seas capaz de notar cuando tu ego toma el control, mira esta parte de ti amablemente. Da un paso atrás y pregúntate si así es como quieres comportarte e interactuar con los demás o si necesitas una mejora continua.
¿Podrías expresarte de una manera diferente, más amable para ti y para la gente que te rodea?
Conócete a ti mismo de verdad apreciándote como eres. Te darás cuenta de que la gente a tu alrededor no es mejor que tú, y que tú tampoco eres mejor que ellos. Cada persona es diferente, cada persona espera cosas diferentes de la vida.
No tienes que sentirte superior, ni probar nada, ni a ti ni a los demás. Eres una gran persona. Cuanto más te ames a ti mismo como eres, menos necesitarás tu ego para ganar ventaja y tendrás confianza en ti mismo.
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Un ego desmesurado puede ser síntoma de inmadurez. Esas personas que no dejan hablar a nadie y que siempre están es posesión de la verdad, muchas veces revelan haberse quedado estancados en la pubertad, cuando uno anda enfadado con el mundo y los demás están equivocados. Todos alguna vez hemos conocido gente así.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo extraño empieza a ser el no conocer gente así, tanto en los medios, como en las redes sociales como en al vida real.
EliminarUn saludo.
A veces esa intención nos devuelve un ego más “gordo y apestoso”!
ResponderEliminarEl ego es muy goloso, por eso se vuelve gordo
Eliminarhola Carolus muchas gracias por el artículo
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