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Mostrando las entradas etiquetadas como muerte

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¿Quieres que tu vida cambie? ¡Muérete!

¡Espera, espera! Deja ese bote de pastillas. Suelta esa cuchilla, hombre. No hay que tomárselo tan al pie de la letra. Bastará con que hagas este ejercicio…  Es un ejercicio de visualización. Es suficiente con que te mueras… imaginariamente. Bien, ¿ya has palmado? Ok. Estás muerto. En la sala del tanatorio. Solo. ¿Quieres que tu vida cambie? ¡Muérete! En apenas unos minutos tus familiares y amigos comenzarán a llegar para velarte, así que no tenemos mucho tiempo. Piensa en todo lo que te hubiera gustado hacer en la vida y en cómo quisieras que ellos te recordaran. Escribe tu epitafio como si pudieras reescribir toda tu existencia a posteriori: “Aquí yace … , vivió su vida de tal o cual manera, consiguió tales o cuales logros, murió de esta forma o aquella, y aquellos que le querían, le recuerdan de este o ese modo”. ¡No te quedes en la mera lectura de esto! Estás muerto, así que pon por escrito tu epitafio a tu antojo. ¿Qué es importa

El sueño de la vida y la muerte

Sueñas, por ejemplo, que eres un pájaro y vuelas cruzando el cielo; sueñas que eres un pez y te zambulles en  las profundidades. Mientras sueñas no sabes que se trata de un sueño; cuando te despiertas comprendes que habías estado soñando.  El sueño de la vida y la muerte Ha de venir un gran despertar, tras el cual sabrás que esta vida presente era un sueño.  Cuando todavía no habíamos nacido, ¿cómo podríamos conocer los placeres de la vida? Mientras no hayamos muerto, ¿cómo saber si la muerte no es placentera? Observa a la muerte y la vida como iguales, y tu corazón no temerá.  Si conoces la felicidad de quien no ha nacido, no puedes temerle a la muerte.  Fuente: Huai Nan Zi http://www.tusbuenoslibros.com/huai_nan_zi_anonimo.html El Arte de la Estrategia tusbuenoslibros

El samurái que mató un gato

Historia de Miau El samurái y el gato Un samurái, feroz guerrero, pescaba apaciblemente a la orilla de un río. Pescó un pez y se disponía a cocinarlo cuando el gato, oculto bajo una mata, dio un salto y le robó su presa. Al darse cuenta, el samurái se enfureció, sacó su sable y de un golpe partió el gato en dos. Este guerrero era un budista ferviente y el remordimiento de haber matado a un ser vivo no le dejaba luego vivir en paz. Al entrar en casa, el susurro del viento en los árboles murmuraba miau. Las personas con la que se cruzaba parecían decirle miau. La mirada de los niños reflejaba maullidos. Cuando se acercaba, sus amigos maullaban sin cesar. Todos los lugares y las circunstancias proferían miaus lastimeros. De noche no soñaba más que miaus. De día, cada sonido, pensamiento o acto de su vida se transformaba en miau. El mismo se había convertido en un maullido... Su estado no hacía más que empeorar. La obsesión le perseguía, le torturaba sin tregua ni descanso

Amamos la vida y huimos de la muerte

La muerte sólo llega una vez, pero se la siente en todos los instantes de la vida . Más duro es temerla que sufrirla. Amamos la vida y huimos de la muerte La vida es breve si sólo le damos este nombre cuando es grata, pues si sumásemos todas las horas transcurridas en el goce, apenas los largos años de una existencia se nos convertirían en unos pocos meses. El avaro gasta el día de su muerte más que en diez años de existencia, y su heredero en diez meses más de lo que él gastó a lo largo de su vida . Tal vez los hijos serían más queridos por sus padres, y recíprocamente, los padres por sus hijos, sin la condición de herederos. Amamos la vida y huimos de la muerte Lo que hay de cierto en la muerte queda aminorado por su propia incertidumbre. Es un indefinido en el tiempo que tiene algo de lo infinito, de eso que llamamos eternidad. Tememos una vejez que no estamos seguros de alcanzar. Esperamos envejecer y tememos la vejez, es decir, amamos la

El Arte de la Guerra. A su debido ritmo

Hagakure, que significa "oculto bajo las hojas", es un antiguo breviario de caballería inspirado en el célebre código Bushido.  Nos expone la vía del guerrero, cuyos preceptos filosóficos y ética trascendental presentan al Bushi, la camino del guerrero. Escrito en 1.710, ofrece ejemplos prácticos con gran validez para las situaciones cotidianas de hoy día. En las Notas sobre las Reglas Marciales, está escrito lo siguiente: "Ganar primero, combatir después, lo que dicho en dos palabras es ganar antes. La riqueza del tiempo de paz es permitir la preparación marcial para el tiempo de guerra. Con quinientos aliados, se puede derrotar a una fuerza enemiga de diez mil hombres." Tácticas Militares del Hagakure Cuando uno intenta tomar el castillo de un enemigo y es necesario retirarse, hay que replegarse, no siguiendo la carretera principal sino las carreteras secundarias. Se debe tender a sus muertos y heridos con el rostro girado hacia el enemigo. Es e

El sentido de la vida

El sentido de la vida y el  de la muerte, que van pegados y son inseparables. Estas preguntas ya se las hace el ser humano desde que tiene consciencia, así que no voy a ser yo el que descifre el misterio que a tantas personas ha traído de cabeza. Como Sócrates, solo puedo decir que sé que no sé nada. Aunque esta frase tiene su miga. De momento, hagamos un poco de historia. El Sentido de la vida En el Siglo IV a.d.C. hubo una explosión de sabiduría de la que poco más se ha avanzado hasta la fecha. En la India ya hacía siglos que se opinaba que el ciclo vital era una incesante repetición de vidas y reencarnaciones. Las acciones de una vida determinaban la siguiente. A eso le llaman karma. El sentido de la vida es romper con esa eterna rueda (samsara) y alcanzar el nirvana, o integración con la Unidad (o algo así). El budismo no aporta prácticamente nada nuevo a esa idea, salvo el decir que aboliendo el deseo se puede lograr ese estado. En esa época, en Israel, los profetas del