Un cuento de Lie Zi, en la Dinastía Han, en China, narra que una vez un cazador viejo que caminaba por el bosque divisó un venado. Se acercó sin hacer ruido. Disparó su arco con tanta fortuna y habilidad que el venado cayó muerto allí mismo. Siendo imposible cargar al venado, el cazador lo cubrió con hojas para venir con ayuda al día siguiente. ¿Sabes si estás despierto o estás soñando? Camino a su casa, el cazador trató de recordar el sitio en el que había escondido al venado. No lo pudo hacer. Recordaba detalles, pero no el lugar exacto. Tan desesperado estaba el cazador viejo que comenzó a hablar en voz alta consigo mismo, narrando partes descriptivas del lugar, pero vagamente. Al final, pensó el viejo que si no podía recordar el sitio, eso se debía que todo había sido un sueño. Pero ese cazador no estaba solo. Había sido escuchado por otro cazador que usando la información que le había sin querer proporcionado, pudo encontrar el lugar en el que el venado había s