En 1982 el escultor Salvatore Rizzuti creó una pieza tallada en madera denominada Vespro Siciliano como conmemoración de un hecho histórico sucedido en el año 1282 en Sicilia, en el que se acabó el reinado de Carlos de Anjou para ser sustituido por los reyes de Aragón.
La obra simboliza la irregular relación entre iglesia y el estado frente al pueblo, tomando como referencia la violencia sufrida por los habitantes de la isla en aquella época, avalada por ambos poderes.
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La obra "Vespro Siciliano" es una escultura tallada en madera creada por Salvatore Rizzuti en 1982. Esta pieza conmemora un evento histórico significativo ocurrido 700 años antes de su creación, conocido como las "Vísperas Sicilianas". El uso de la madera como material sugiere una conexión con las tradiciones artesanales de Sicilia, aportando un toque de autenticidad y conexión con la tierra.
Las Vísperas Sicilianas fueron un levantamiento que comenzó en Palermo el 30 de marzo de 1282, durante las vísperas de Pascua. Antes del levantamiento, Sicilia estaba bajo el dominio de Carlos de Anjou, un noble francés coronado rey de Sicilia por el Papa en 1266. Su gobierno era considerado opresivo por muchos sicilianos, con altos impuestos y un trato percibido como despótico. La revuelta comenzó como una reacción espontánea contra los soldados franceses, pero rápidamente se extendió por toda la isla.
Como resultado del levantamiento, los sicilianos expulsaron a Carlos de Anjou y ofrecieron la corona a Pedro III de Aragón, quien tenía vínculos familiares con la anterior dinastía gobernante de Sicilia. Este evento marcó un punto de inflexión en la historia de la isla, poniendo fin al reinado de la Casa de Anjou y dando inicio al gobierno de la Corona de Aragón.
La escultura de Rizzuti simboliza la compleja y a menudo problemática relación entre la Iglesia y el Estado durante ese período, cuando el Papado tenía un papel significativo en la política europea y específicamente en el sur de Italia. La obra busca representar la violencia y la opresión sufridas por los sicilianos bajo el gobierno de Carlos de Anjou, que contaba con el apoyo del Papado. Además, puede interpretarse como un símbolo de la lucha del pueblo siciliano por liberarse de un gobierno que consideraban extranjero y opresivo.
Las Vísperas Sicilianas son un evento crucial en la historia de Sicilia y del Mediterráneo, con repercusiones en la política europea que afectaron el balance de poder entre los reinos cristianos y el Papado. La obra de Rizzuti, creada siete siglos después del evento, demuestra cómo este acontecimiento histórico sigue siendo relevante en la memoria colectiva y la identidad cultural de Sicilia. A través de su arte, Rizzuti invita a reflexionar sobre las complejas relaciones de poder, la resistencia popular y la identidad siciliana.
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