Frida Khalo y Diego Rivera contrajeron matrimonio el 21 de agosto de 1929. Ella era una mujer menudita, tenía apenas veintidós años de edad cuando unió su vida a él.
Diego un hombre enorme y gordo de cuarenta y tres años, divorciado y comunista.
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Previa a su boda, Diego fue a pedir la mano de Frida, a lo que el padre de Frida le dijo: “No olvide que mi hija es una persona enferma y lo será toda su vida; es inteligente, pero no bonita. Piénselo… y si a pesar de todo desea casarse con ella, le doy mi consentimiento”.La fiesta se llevó a cabo en una casa en Coyoacán propiedad de una gran amiga de los novios: Tina Modotti. Frida iba vestida muy sencilla con un juego de falda y blusa con todo y chal que le prestó una sirvienta. Para sorpresa de todos el platillo fuerte del banquete: mole negro de Oaxaca fue preparado por Lupe Marín quien era la ex esposa de Diego.
Además del mole hubo una serie de platillos mexicanos para deleite del paladar de los invitados: pozole, arroz, capirotada y pastel de bodas, para beber: el pulque y tequila corrieron con tanta abundancia como las tortillas.
La mamá de la novia estaba desconsolada, había hecho todo lo posible para evitar esa boda, ella que se había esmerado tanto en la educación de su hija, ella que era tan católica y el novio que era tan ateo y tan comunista ¡Dios bendito! ¡El demonio había entrado a su casa! El papá de la novia consolaba a su esposa haciéndole ver que no era tan malo. Juntos se retiraron temprano de la fiesta.
Entrada la noche, Lupe Marín quien estaba molesta porque Diego no le pagaba la manutención de sus hijas, se desquitó con su nueva esposa y acercándosele a la novia, le levantó la falda y señaló sus piernas mientras gritaba llamando la atención de los invitados:
¡Miren! ¿Ven estos popotes? ¡Esto es lo que tiene Diego ahora en lugar de mis piernas! La pobre novia se soltó como pudo y corrió a esconderse de las risitas burlonas y las exclamaciones incómodas de los invitados que habían visto su pierna derecha adelgazada por la poliomielitis y por el reciente accidente que había sufrido.
Después de eso, Diego se puso tan borracho que lanzó balazos al aire.
Frida trató de tranquilizar a su nuevo esposo, quien molesto la alejó de él con un empujón tan brusco que llevó a Frida hasta el suelo. Esta humillación terminó por arruinar un momento que en teoría, tendría que haber sido de ensueño.
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A pesar de todo, Frida siempre lo quiso.
ResponderEliminarA pesar de todo, ella siempre lo quiso.
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