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Mostrando las entradas etiquetadas como cuentos

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Sabiduría sobre dos hombres y una chimenea

-Maestro - preguntó un hombre - quiero aprender de tu sabiduría. Me gustaría poder tomar la decisión adecuada en cada momento. ¿Qué debo hacer? ¿Por donde debo empezar? Sabiduría sobre dos hombres y una chimenea En lugar de contestar, el sabio le formuló una pregunta: - De una chimenea salen dos hombres. Uno con la cara tiznada y el otro con la cara limpia, ¿cuál de los dos irá a lavarse? - Es evidente -dijo el hombre, sin pensarlo demasiado- que se lava la cara el que la tiene sucia. - ¡En absoluto! –dijo, entonces, el sabio. ¡El que está limpio! Pues, éste, al ver al compañero sucio enfrente de él, se dice: “Ya que está sucio, yo también debo estarlo. Por lo tanto, tengo necesidad de ir a lavarme”. Mientras que el que está sucio, al ver a su compañero limpio, se dice: “Puesto que él está limpio, yo también debo estarlo. Por tanto no es necesario que vaya a lavarme”. No siempre lo evidente acerca a la actitud adecuada. Ve a casa y piensa, vas camino de la sa

El devorador de ensaladas

Dos monjes paseaban por el jardín de su monasterio, conversando sobre asuntos intrascendentes, cuando uno de ellos paró su pie un segundo antes de aplastar a un hermoso caracol que se cruzaba por el húmedo sendero.  Con delicada precisión tomó al desorientado animalito entre su pulgar y su índice y lo miró tiernamente. El monje se sentía feliz de no haber interrumpido el ciclo de vida y muerte de ese pequeño destino. Delicadamente lo colocó encima de una fresca lechuga. El devorador de ensaladas Sonriente miró a su compañero buscando su complacencia, pero se encontró un rostro frío que encorvaba una ceja: -¡Incosciente! Ahora, salvando a ese insignificante caracol, pones en peligro el huerto de lechugas que nuestro jardinero cultiva con tanto esmero. Ambos discutieron acaloradamente bajo la mirada curiosa de otro monje que se acercó a arbitrar la disputa. Como no conseguían ponerse de acuerdo, este último propuso contarle el caso al gran sacerdote. Él sería lo bastan

El coleccionista de insultos

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento, y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El coleccionista de insultos El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama. Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo: Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le

Lo que te enseña un paquete de galletas

Había una vez una señora que debía viajar en tren. Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera. Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven. Lo que te enseña un paquete de galletas Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fij

El extraño deseo de un niño

En una clase de literatura en el colegio, la profesora pidió a sus alumnos que hicieran una redacción sobre en qué les gustaría convertirse.  Algunos niños querían ser tigres, robots, superhéroes, bomberos.. pero le sorprendió y le conmovió profundamente la redacción en la que uno de sus alumnos le comentaba que quería ser un televisor, decía así: "Si pudiera hacer magia y transformarme en otra cosa me gustaría ser un televisor. Quisiera ocupar su lugar. Quisiera vivir lo que vive la tele de mi casa. Es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a todos los miembros de la familia a mí alrededor. El extraño deseo de un niño Ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de atención y ser aquel al que todos quieren escuchar sin interrumpirlo ni cuestionarlo. Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando algo no funciona. Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa, aunque este cansado del trabajo. Que mi mamá me busque cu

La vaca de tu vida

Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera... Se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó: “En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen para sobrevivir? El señor respondió: “amigo mío, nosotros tenemos una vaca que da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. A

La puerta negra y lo que el rey daba a elegir

Érase una vez en un país muy lejano un rey que era muy polémico por sus acciones. Tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles: -Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala. La puerta negra Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción. -Ahora, continuaba el rey, miren hacia el rincón del lado izquierdo. Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver. En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más para ver. El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba: - Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidament

Paga tus deudas o el castigo será terrible

Amit era un alto funcionario de la corte del Rey Akbar. Hacía ya algún tiempo, él nutría un deseo de chupar los voluptuosos senos de la Reina hasta extasiarse. Un día le reveló su deseo secreto a Birbal, el consejero del Rey, y le pidió que lo ayudara.  Después de pensarlo bien, Birbal estuvo de acuerdo en ayudarlo a cambio de mil monedas de oro. Amit aceptó el precio. Paga tus deudas o el castigo será terrible Al día siguiente, Birbal preparó un líquido que causaba comezón y lo derramó en el sostén de la Reina, que había dejado fuera mientras se bañaba. Poco después comenzó la comezón en sus senos, aumentando en intensidad a medida que pasaban las horas, dejando al Rey muy preocupado.  Enseguida llamaron a Birbal para solicitar su opinión sobre el caso, a lo que él contesto que solamente una saliva muy especial aplicada por un periodo de cuatro horas curaría el mal. Birbal también dijo que oportunamente esa saliva podría ser encontrada en la boca de Amit.  El Rey Ak

El real del sastre y un muerto poco muerto

Este era un infeliz, algo tramposo, que estaba empeñado con todos los vecinos, y como le aburrían demasiado pidiéndole su dinero, fingió una enfermedad y se metió en la cama. Los vecinos fueron a visitarle, se sentaron alrededor de su cama y, compadecidos, empezaron a decirle: —Lo que es por mí, no te apures. Yo te perdono las pesetas que me debes. —¡Pobrecito! Y yo también. —Pues yo no quiero ser menos, y también...  Y así todos menos uno: el sastre: —A mí me debe un real y me lo paga. —Pero hombre, ¡ten caridad! ¿Tú no ves que se muere el pobrecito? —Si se muere, que se muera. Pero a mí, ¡ya lo creo que me paga! El real del sastre y un muerto poco muerto Tanto se incomodó el enfermo con la codicia del sastre, que fingió que se moría, para que no se saliese con la suya. Lo metieron en la caja, le pusieron en las andas y le hicieron el entierro. Colocaron el cadáver en la iglesia, y el sastre, que no pensaba más que cobrar su real, se refugió en

El sueño del sultán que perdía sus dientes

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.  Al despertar, ordenó llamar a un sabio para que interpretase su sueño. - ¡Qué desgracia Mi Señor! -exclamó el Sabio- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad. - ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! El sueño del sultán que perdía sus dientes  Llamó a su guardia y encargó que le dieran cien latigazos. Más tarde mandó que le trajesen a Nasrudín y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: - ¡Excelso Señor! Gran felicidad le ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes. Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran a Nasrudín cien monedas de oro.  Cuando el mullá salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: - ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueñ

Sé como un muerto

Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística.  El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó: -Querido mío, mi muy querido, acércate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos. Sé como un muerto El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro. -¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro. -Nada dijeron. -En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos. El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios con

Cómo hizo un toro bravo para quitarse sus temores

En una ocasión un toro bravo se aproximó hasta las aguas del lago para calmar su sed.  El toro era hermoso y blanco.  Se vio reflejado en las limpias aguas del lago y pensó: —Aquí veo un toro oscuro, es grande, el lago debe ser suyo. Tengo que cuidarme de él, tiene unos cuernos largos y deben ser duros. Sintió miedo porque se creía más pequeño que el toro oscuro, pero como sentía mucha sed, se acercó nuevamente a la orilla y de nuevo notó la presencia del otro. Cómo hizo un toro bravo para quitarse sus temores —¿Qué voy a hacer? No hay agua por aquí cerca, esta es la única, volveré y tomaré el agua del lago.  Se acercó con cautela y cuando vio que el otro también movía la cabeza y abría la boca, sintió terror. Salió corriendo y descansó bajo una arboleda. Pero la sed se hizo más intensa, se volvió insoportable; entonces se decidió a tomar agua suceda lo que suceda. Así lo hizo, introdujo la cabeza en las aguas y el otro toro desapareció. Muchos de n

Los sueños de invierno de la brizna de hierba

Una brizna de hierba dijo a una hoja caída de un árbol en otoño:  -¡Cuanto ruido haces al caer! Espantas todos mis sueños de invierno.  Los sueños de invierno de la brizna de hierba La hoja replico indignada:  -¡Tú, nacida en lo bajo y habitante de lo bajo, eres insignificante e incapaz de cantar! ¡Tu no vives en las alturas y no puedes reconocer el sonido de una canción!  La hoja de otoño cayó en tierra y se durmió. Y cuando llegó la primavera despertó nuevamente de su sueño y era una brizna de hierba.   Y cuando llegó el otoño, y fue presa de su sueño invernal, flotando en el aire empezaron a caerle las hojas encima. Murmuró para sí misma:   -¡Oh, estas hojas de otoño! ¡Hacen tanto ruido! ¡espantan todos mis sueños de invierno! El Arte de la Estrateg ia

Las llaves de la felicidad

En una oscura y oculta dimensión del Universo se encontraban reunidos todos los grandes dioses de la antigüedad dispuestos a gastarle una gran broma al ser humano.  En realidad, era la broma más importante de la vida sobre la Tierra. Para llevar a cabo la gran broma, antes que nada, determinaron cuál sería el lugar que a los seres humanos les costaría más llegar. Una vez averiguado, depositarían allí las llaves de la felicidad . Las llaves de la felicidad -Las esconderemos en las profundidades de los océanos -decía uno de ellos-. -Ni hablar -advirtió otro-. El ser humano avanzará en sus ingenios científicos y será capaz de encontrarlas sin problema. -Podríamos esconderlas en el más profundo de los volcanes -dijo otro de los presentes-. -No -replicó otro-. Igual que sería capaz de dominar las aguas, también sería capaz de dominar el fuego y las montañas. -¿Y por qué no bajo las rocas más profundas y sólidas de la tierra? -dijo otro-. -De ninguna ma

Aprende de las zanahorias, del huevo y del café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles.  No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir palabra.  Aprende de las zanahorias, del huevo y del café La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.  Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"; "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. Le hizo acercarse y le pidió que toca

¿Cuánto crees que vales? El examen final

¿Vales tu peso en oro? Si piensas que vales tu peso en oro quizá te convenga analizar fríamente y con realismo cuánto vales realmente. Es muy difícil valorarse adecuadamente. Voy a contarte una historia y espero que te haga pensar sobre cómo debes aprender a valorarte y te permita reflexionar sobre cuánto vales realmente. El profesor se paró delante de su clase de 30 estudiantes. Era su último año como profesor porque iba a jubilarse. El último día les dirigió unas palabras antes de pasarles las hojas del examen final de la asignatura que impartía. ¿Cuánto crees que vales? El examen final -Ha sido un gran privilegio ser maestro durante todos estos años-, les dijo. -Sé cuánto han trabajado y lo mucho que se han preparado para este examen. Sé que muchos de ustedes desean ejercer como médicos, abogados, científicos, etc. Soy consciente de cuánta presión tienen para mantener lo más elevada posible su nota media y poder ir a la universidad que deseen, y como sé que todos us

Lo que se aprende de un jarro lleno de piedras

Cierto día un motivador estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran. De pie frente a un auditorio compuesto por gente muy exitosa dijo: Quisiera hacerles una pequeña demostración... De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí! Lo que se aprende de un jarro lleno de piedras Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes. Cuando hubo hecho esto p

La casa imperfecta

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación.  Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera. La casa imperfecta El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera. Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo -dijo-.

La pregunta trampa del profesor en un examen

"Selecciona si quieres 2 puntos o 6 puntos que se añadirán a la nota final", plantea el docente a sus alumnos" "Aquí tenéis una oportunidad para ganar algunos puntos extra en vuestro examen final. Selecciona si quieres 2 puntos o 6 puntos que se añadirán a la nota final. Pero hay un pequeño detalle: si más del 10% de la clase selecciona 6 puntos, nadie conseguirá ninguna puntuación extra.  La pregunta trampa del profesor en un examen Vuestras respuestas serán anónimas para el resto de la clase, solo yo la veré". Esta es la pregunta que plantea Dylan Selterman, profesor de psicología en la Universidad de Maryland, a sus alumnos. Según explica, con este experimento busca reforzar los conceptos de psicología social como "la tragedia de los comunes" y el "dilema del prisionero". Estos dos conceptos surgen al analizar los intereses individuales por encima de los comunes y muestran cómo somos capaces de reaccionar teniendo en cuenta las

El viejo, el oso y un medico muy diplomático

Un anciano de 98 años llega al médico para su chequeo de rutina. El doctor le pregunta cómo se siente. – Nunca me he sentido mejor. – le responde – Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo. El doctor piensa por un momento y dice: – Permítame contarle una historia: Un cazador que nunca se  perdía la temporada de caza salio un día tan apresurado de su casa que se confundió tomando el paraguas en vez del rifle. Cuando llega al bosque se le aparece un gran oso. El cazador levanta el paraguas, apunta al oso y dispara. ¿A que no sabe qué pasó? El viejo, el oso y un medico muy diplomático – No se. – responde el anciano. – El oso murió. – Imposible…. – exclamó el anciano. – alguien mas debe haber disparado. – A ese punto quería yo llegar El Arte de la Estrategi a